Se acerca el día de la Madre y hay que celebrarlo con algo dulce :-)
La mía, ya es muy mayor, y hace tiempo que los papeles se han invertido:
ahora yo soy la protectora, quien la cuida y se desvela por su salud y bienestar, pero la vida es esto:
tiene un Orden Natural en donde las noches dan paso al día, la primavera al verano, y las mareas suben y bajan incansablemente a cada 6 horas sin que nadie pueda detenerlas...
No, el ciclo de la vida no se detiene,
y ese Orden Natural, generalmente, se encarga de poner las cosas en su sitio...
El cordón umbilical que nos une a una Madre, es indestructible y esa "misteriosa" unión,
forma parte de nosotros, incluso, más allá de la vida...
¡¡¡Para ti, mamá, para que el ocaso de tu vida, sea un poco más dulce!!
Almíbar especiado para remojar los bizcochos
- Poner todos los ingredientes del almíbar en un recipiente a fuego medio, removiendo hasta que el azúcar se disuelva y dejar al fuego unos 15 minutos, o hasta ver que espesa.
- Apagar el fuego, y dejar en reposo para que el almíbar se infusione bien y las especias desprendan sus aromas (se puede hacer de un día para otro).
- Colar y reservar el almíbar.
- Poner la gelatina a hidratar en agua fría.
- Cubrir el fondo de un molde desmontable con los bizcochos suficientes para que tapen bien toda la superficie.
- Empapar bien los bizcochos con el almíbar especiado, con la ayuda de una brocha y dejar a la espera.
- Montar la nata y antes de terminar de montarla, añadir el azúcar glas. Continuar batiendo hasta que esté bien montada (para que monte bien, debe estar muy fría. Se puede meter unos minutos en el congelador).
- Batir el queso crema e incorporar a la nata montada, mezclándolo con movimientos envolventes para evitar que la nata pierda su volumen.
- Pelar los mangos y batir la pulpa de uno de ellos hasta convertirlo en puré.
- Cortar la mitad del otro en dados e incorporarlo al puré (de este modo, se encontrará en la crema de la tarta la textura de los trocitos). Dejar la otra mitad a la espera, para utilizarla como adorno de la tarta.
- Calentar la mitad del puré del mango en el microondas, hasta que rompa a hervir e incorporar las hojas de gelatina bien escurridas del agua. Remover la mezcla, hasta que la gelatina quede disuelta y mezclar con el resto del puré para atemperarlo.
- Incorporar el puré de mango a la crema de queso y nata y mezclar hasta que todos los ingredientes queden bien integrados.
- Echar la mitad de la crema sobre la capa de bizcochos que se tenían preparados.
- Colocar otra capa de bizcochos sobre la crema y empaparlos de nuevo con el almíbar especiado.
- Verter sobre ellos el resto de la crema y meter unos 30 minutos en el frigorífico, para que la crema adquiera un poco de consistencia.
- Cortar el resto del mango en lonchas finas y distribuir sobre la tarta.
- Meter de nuevo en el frigorífico y dejar unas horas para que la gelatina adquiera la consistencia necesaria (mejor de un día para otro).