Acabamos de volver de nuestro viaje por tierras escandinavas y aunque ni siquiera ha pasado una semana y aún me quedan vacaciones, ya echo de menos nuestras excursiones para conocer nuevos rincones, visitar museos, disfrutar de maravillosas vistas, en definitiva, desconectar.
En cuanto a lo que se entiende por descansar, este viaje que nos ha llevado a Copenhague y Estocolmo, no me ha servido para descansar mucho, más bien todo lo contrario, pero sí para "descansar mi mente" y cambiar el chip, que de verdad lo necesitaba.
Y ahora vuelvo a la carga, no al l00%, también os lo digo, porque ahora necesito mi ración de relax, pero sí con muchas impresiones y momentos vividos que aún tengo que ordenar. Fijaos que todavía ni siquiera he podido ver las fotos que he hecho con la cámara.
Pero tratándose del Reto "Alfabeto Dulce" y habiendo dado unos días más para su presentación, no podía faltar a nuestra cita con un postre la mar de fresquito, que es ideal para estos calores y que no se tarda mucho en preparar. Ah, y lo que es más importante, no necesitamos encender el horno.
Aunque lo preparé a mediados de julio, no me dio tiempo a terminar de escribir esta entrada a tiempo, porque los preparativos de última hora, me mantuvieron ocupada hasta el día 20, día en el que cogimos nuestro primer vuelo.
Las encargadas de elegir ingredientes este mes han sido nuestras compis, Mercedes del blog "Merce´s Cake" que se ha decantado por el jengibre y Sonia del blog "Recetas de andar por casa" que ha elegido una fruta, que allí donde hemos estado es muy habitual encontrarla en sus bosques: las moras.
A mi hace unos años no me gustaba (o eso pensaba yo) el jengibre, hasta que en el cumpleaños de mi querida amiga Mariana de The Cake Queen probé unos maravillosos cupcakes con jengibre que me volvieron loca de amor y desde entonces me encanta.
Ya sé que aún queda mucho para Navidad, pero dejadme que os recomiende este naked cake de pan de jengibre que preparé y que creedme no deja a nadie indiferente, apuntadlo el primero de la lista para prepararlo en diciembre.
También os aconsejo otro postre que bien podría haber valido para este reto ya que lleva ambos ingredientes y que está preparado con moras silvestres que cogí con las niñas hace unos años en la provincia de Guadalajara. Es un hojaldre de moras con crema de lima y jengibre. ¡Delicioso!
Con moras podría recomendaros muchos postres ricos, para todos los gustos, como la mousse de cheesecake de moras silvestres, que tuvo mucho éxito, es vistosa y sencilla de preparar o si os gusta el chocolate, estos cupcakes de chocolate negro y moras os van a encantar.
Pero centrémonos en el postre de hoy. Después de la ola de calor que hemos sufrido en nuestro viaje... Sí, estáis leyendo bien, calorazo en los países nórdicos, nada más y nada menos que 31º C en Estocolmo. Además, si a eso le sumamos la humedad, podéis imaginaros. Así que lo que más apetecía era tomar cosas fresquitas y eso es lo que yo os traigo hoy, una tarta helada para preparar en estos días de calor. Ya veréis que rica.
TARTA HELADA DE MORAS
INGREDIENTES
- Galletas de jengibre
- 500 ml. de nata liquida para montar 35% M.G.
- 4 cucharadas de azúcar
- 225 gr. de queso crema
- 250 gr. de mermelada de moras
- 200 gr. de moras frescas
- Ralladura de limón
- Hojas de menta y moras (para decorar)
ELABORACIÓN
Ponemos la nata en un recipiente y la batimos con la batidora de brazo a velocidad media-alta hasta que se vayan formando picos rígidos. Un poco antes de que esté lista, añadimos el azúcar y terminamos de montarla. La dividimos en dos partes. Reservamos en el frigorífico.
En un tazón grande, batimos el queso crema y la ralladura de limón a velocidad media-alta hasta que quede suave. Incorporamos la mermelada de moras y batimos a velocidad baja hasta que se combine y por último añadimos la mitad de la nata montada y mezclamos bien.
Forramos un molde de plum cake con papel de horno o con papel film. Cubrimos el fondo del molde con una capa de nata montada, distribuimos unas cuantas moras por encima, la alisamos y metemos el molde unos minutos en el congelador para que la nata coja firmeza.
A continuación ponemos unas cucharaditas de mermelada en el centro de la capa de nata montada. Extendemos una capa de crema de queso y moras y por último colocamos una capa de galletas.
Volvemos a repetir la misma operación empezando por la nata, las moras, la mermelada, la crema de queso y moras y finalizando con una capa de galletas.
Congelamos durante toda la noche o hasta que la tarta esté firme.
Sacamos del congelador el molde y lo dejamos unos minutos a temperatura ambiente para poder desmoldar más fácilmente la tarta.
La colocamos en una fuente y adornamos con moras frescas, ralladura de limón y unas hojitas de menta o de la forma que más os guste.
No diréis que no es sencilla y sobretodo que da lugar a montarla un poco a vuestro gusto. Se pueden añadir otras frutas del bosque a las diferentes capas, utilizar otras galletas si es que el jengibre no os gusta, incluso incorporar chocolate.
También podéis prepararla en formato paletas de helado (con palo) distribuyendo las capas de la misma manera sólo que en moldes individuales de helado y triturando las galletas para poderlas introducir más fácilmente.
Id pensando la pregunta que os hice hace un tiempo ¿qué os apetece que pase con el #RetoAlfabetoDulce? Sólo queda un mes más, y habremos terminado esta segunda vuelta al abecedario. Esto será en septiembre, pero es que ya lo tenemos a la vuelta de la esquina. Me gustaría oír vuestras propuestas.
Si salís de vacaciones en breve, deseo que disfrutéis y descanséis de estos días. Cuidado con la carretera si vais a coger el coche. Divertíos y sobretodo cargad pilas que el invierno es muy largo.