Desde que he probado ésta salsa casera de tomate, no he vuelto a comprar tomate de bote.
Es una receta sencillísima que tendremos lista en unos 15 minutos. Y no podéis imaginar cómo cambia el sabor en unos espagueti, en lasaña, como acompañamiento de unos piquillos rellenos de carne, para unas acelgas fritas con tomate.... para cualquier receta.
Y lo bueno es que si no utilizo toda la salsa de tomate en una comida, la guardo en el frigorífico y hasta 3 días permanece perfecta.
Ingredientes:
- 1 cebolla
- 4 dientes de ajo
- 3 tomates grandes maduros
- Aceite de oliva y sal
Primero partimos la cebolla y la ponemos a freír, cuando veamos que empieza a cambiar de color, añadimos los ajos laminados y freímos todo:
Cuando los ajos hayan tomado color, cuidado que no se nos quemen que estropearía la salsa, añadimos los tomates bien lavados y cortados a dados:
Tapamos y ponemos a fuego medio para que el tomate vaya soltando su jugo:
De vez en cuando lo movemos con una cuchara de madera para que se deshaga el tomate y así se vaya friendo bien:
Pasamos la mezcla a un bol y lo batimos hasta hacer una crema:
Colamos la salsa con un chino o en un colador, presionando con un cazo, así dejamos una salsa fina sin pepitas ni pieles:
En éste momento la vuelvo a poner en la sartén para rectificar de sal. No suelo ponerle azúcar, hay gente que sí lo hace para rectificar la acidez, pero a mí el sabor tal cual me parece delicioso.
Esto es como todo, probamos y según lo encontremos así añadimos azúcar o no.
Y ya tenemos preparadao nuestra salsa de tomate casera. Os aseguro que si la hacéis, no vais a querer comprar ninguna otra.