Revista Cocina
¿Te gusta cocinar con hierbas frescas?, ¿te gusta utilizar el tomillo?, si has respondido afirmativamente a estas dos preguntas, entonces igual te ha pasado muchas veces lo mismo que a mí, que te has aburrido mucho intentando pelar un manojo de leñoso tomillo e intentando impedir que se caigan trocitos de ramas que luego son francamente desagradables cuando te las encuentras en la comida
Eso por no hablar de que los que vivimos en ciudades y no tenemos un pequeño huerto urbano tenemos que acudir a grandes superficies a comprar las típicas bolsas con hierbas que luego probablemente tendremos que tirar sin haberlas usado totalmente porque no necesitábamos todo el contenido de en nuestra receta.
Pues bien, os voy a contar mi truco para obtener rápidamente, en segundos, hojas de tomillo fresco.
En primer lugar si ha llegado a tus manos un manojo de tomillo, lávalo bien y luego escúrrelo y sécalo con ayuda de papel absorbente, intenta quitarle toda el agua posible.
A continuación lo introduces en una bolsa apropiada y al congelador, cuando tengas que utilizarlo simplemente lo sacas de la bolsa, colocas en la mano el manojo y aprietas, ¡ya está!, las hojas congeladas se desprenderán en un segundo y dispondrás de un montón de tomillo fresco (¡y tan fresco!) libre de ramitas y listo para usar en un guiso, asado o en lo que te de la gana.