Revista Cocina

Vino, el gran antioxidante

Por Bacasclub

Vino, el gran antioxidante
 El vino es una gran fuente de antioxidantes, según subraya una campaña de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) en colaboración con la DO Rioja, que aconseja su consumo moderado, ya que gracias a sus polifenoles ayuda a prevenir el estrés oxidativo y, en consecuencia, el envejecimiento celular. El daño oxidativo es una de las principales causas de enfermedades como el cáncer o el alzhéimer, pero sobre todo influye e impacta directamente sobre el proceso de envejecimiento del cuerpo.
 FIVIN acaba de hacer pública una nota en la que ratifica esas importantes ventajas del vino en el terreno de la salud, y se enfrenta así a las voces, intermitentemente oídas, de los partidarios de un 'neoprohibicionismo' de esta gran bebida natural, fundamento del modo de vida occodental. En ella explica así el mecanismo antioxidativo:
Al respirar nuestro organismo produce unas moléculas reactivas llamadas radicales libres, inestables y reactivas, que actúan con otras moléculas dentro las células causando un daño oxidativo a proteínas, membranas y genes de nuestro cuerpo. Factores externos como la contaminación, la luz del sol y el tabaquismo también provocan la producción de radicales libres.
Cuando aparece el estrés oxidativo significa que nos encontramos ante un desequilibrio entre oxidantes y antioxidantes, con un aumento considerable de los primeros. Para neutralizarlos, el cuerpo utiliza sistemas antioxidantes internos.
Esta capacidad del cuerpo de producir antioxidantes (proceso metabólico) está controlada por el propio código genético de cada individuo y bajo la influencia de la exposición a factores exógenos en la forma de vivir que incluye la contaminación ambiental, el tabaquismo activo y pasivo, la excesiva exposición a luz solar o el tipo de dieta.
Para ayudar al cuerpo es recomendable mantener una dieta rica en antioxidantes que proporcionen la protección del organismo. Un ejemplo de moléculas son los polifenoles, presentes en el vino, y que son unos compuestos con un potente poder antioxidante, por encima incluso de las vitaminas E y C, según los estudios realizados. Actúan donando electrones (o hidrógeno) a los radicales libres para neutralizarlos, interrumpiendo así la cadena de oxidación de las macromoléculas biológicas.
De esta forma, el consumo moderado de vino ayuda a proteger al organismo de enfermedades provocadas por el daño oxidativo en las células. Otros alimentos ricos en antioxidantes son los frutos rojos, las verduras y legumbres o los cereales integrales, entre otros. La concentración de polifenoles en el vino y la asimilación de éstos es particularmente notable.
Sin duda alguna el vino es una fuente de antioxidantes que ayuda a prevenir el envejecimiento celular y el estrés oxidativo, incluido el de la piel, a mantenerse joven y en forma.
Por ello, desde hace unos años, la vinoterapia se ha convertido en uno de los tratamientos más utilizados tanto por hombres como mujeres con fines terapéuticos y de belleza. Un tratamiento que utiliza distintos tipos de uvas, jugos antes de fermentar, vinos y aceites de pepita de uva. Recordemos que el vino se ha usado a lo largo del tiempo, ya en tiempos del rey francés Luis XIV las mujeres lo usaban como mascarillas para tener la piel más tersa.
El vino reúne tres requisitos básicos para mantener joven a su consumidor: polifenoles, el antioxidante más potente del mundo vegetal, el resveratrol, eficaz antídoto antiedad, y la viniferina de savia de vid, la molécula natural más eficaz contra las manchas.
Fuente: ELMUNDOVINO

Volver a la Portada de Logo Paperblog