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72 Horas en Viena, Imprescindibles

Por Atableconcarmen @atableconcarmen

72 Horas en Viena, Imprescindibles

Viena no formaba parte de nuestros planes de vacaciones estivales. De hecho ya teníamos planificadas nuestras escapadas de verano y no se encontraba entre ellas. Por un lado íbamos a recorrer en coche la costa de la Francia Atlántica y los días restantes lo pasaríamos en la Costa Blanca, pero casi sin apenas premeditación y gracias a varios de los tips que os comentaba en Cómo Organizar un Viaje - Tips que a mí me funcionan se nos presentó una buenísima ocasión de pasar unos días en Viena. Así fue como decidimos robarle cuatro días a nuestra estancia en la playa.

Unos días que exprimimos al máximo y que os resumo en estos 72 Horas en Viena, Imprescindibles y que en publicaciones posteriores daré más detalles.

Viena es una ciudad señorial, elegante, donde abundan palacios, museos, monumentos, edificios y lugares bellísimos imposibles de abarcar en unos días de visita, así que no queda otra opción que elegir. Nosotros hicimos una selección con los lugares que preferíamos visitar en nuestra primera escapada a Viena y luego organizamos la ruta a seguir para aprovechar más el tiempo, por que Viena es inmensa y extensa.

No abundan los edificios de gran altura y los barrios, al menos los del centro como Leopoldstadt, Landstrasse, Wieden, Mariahilf, Neubau o Josefstadt, guardan una armonía arquitectónica en sus edificios que le dan ese aire imperial.

Nosotros somos de recorrer a pie las ciudades hasta acabar extenuados, pero el radio en el que existen lugares de interés en Viena es tan grande que acabamos sucumbiendo a la compra de un bono de transporte que nos permitiera trasladarnos de un extremo a otro. Metro, bus y tranvía tienen gran frecuencia y nos permiten acercarnos a cualquier punto de la ciudad.

Nuestro primer día lo dedicamos a la Viena más central. Comenzamos visitando el Palacio imperial de Viena, el Palacio Hofburg, que fue la residencia de Sissi, y que conforma un conjunto arquitectónico que alberga desde la Escuela de equitación hasta la Biblioteca Nacional pasando por varios museos, iglesia y los aposentos imperiales. Si compramos las entradas por Internet, con audioguía en español incluida, nos evitaremos las posibles colas.

Solo el conjunto del Hofburg nos llevó gran parte de la mañana, después nos fuimos paseando hacia las calles comerciales y peatonales de los alrededores de la Stephansplatz donde numerosos escaparates exhiben marcas de lujo y las terrazas invitan a sentarse y observar.

Indispensable visitar la Catedral de San Esteban y subir a contemplar sus agujas y su tejado desde lo alto, pero mejor a primera hora de la mañana si no queremos hacer demasiada cola.

A 5 minutos de la Catedral se ubica la Ópera de Viena que ofrece visitas guiadas para ver su interior. Hay diferentes horarios de visita según el idioma y es magnífica, por lo que si se tiene ocasión una buena opción es asistir a uno de sus conciertos u óperas.

Las líneas de los tranvías 1 y 2 recorren parte de lo que se conoce como el Ring, un anillo que bordea el centro de Viena y cuyo recorrido transcurre entre monumentos, zonas de interés y bellos edificios. Es una buena opción tomar uno de ellos, sin rumbo, y dejarse llevar mientras disfrutamos de las vistas a través de la ventanilla.

Alguno de estos tranvías tiene parada cerca de la Casa de Sigmund Freud, interesante visita aunque no tanto como la casa donde vivió en Londres.

Queda mucho por conocer todavía en el centro. Los vieneses disfrutan de un ayuntamiento precioso, el Rathaus, en cuyo jardín, en verano, se puede cenar al aire libre saboreando algundo de los platos preparados en las food trucks y ver una ópera o un musical en la pantalla instalada junto delante de la fachada del ayuntamiento. Pero si nos gusta la arquitectura moderna o art nouveau hay que pasear hasta el monumento de Secesión, la Embajada de Francia, la KarlsPlatz o los edificios que hay justo enfrente del Mercado Naschmarkt.

72 Horas en Viena, Imprescindibles

Y hablando de mercados, no os perdáis el Naschmarkt, preferiblemente fuera de fin de semana, donde podemos encontrar también un buen abanico de opciones para comer a mediodía.

Por supuesto tampoco puede faltar la visita al Palacio Schöbrunn, la enorme residencia de verano de la familia imperial. No solo es interesante la visita del palacio sino que aconsejo reservar tiempo para pasear por sus enormes jardines y deleitarse con el paisaje. Vuelvo a recomendar comprar las entradas por internet y hacer la visita a primera hora porque las colas son interminables.

Por cuestiones de tiempo no nos acercamos al Belvedere, lo dejamos para cuando volvamos a Viena, pero si fuimos una tarde al Prater a dar una vuelta y contemplar la noria.

Viena no es una ciudad barata. Casi todo lo que tiene interés cultural tiene precio de entrada, ya sea palacio, ópera, museo, biblioteca o iglesia.

Algo similar ocurre con los restaurantes y cafeterías, aunque es posible encontrar lugares con una buena relación calidad precio.

Y por lo que respecta a la gastronomía, no podemos irnos de Viena sin probar el Schnitzel y nosotros lo hicimos en el Figlmüller, casi al lado de la Casa de Mozart. Es posible encontrar sitio en este restaurante, aunque haya que esperar un poco, pero nosotros realizamos la reserva online y nos evitamos preocupaciones y esperas. Hay dos, muy cerca el uno del otro, por lo que hay que cerciorarse de cuál es el que queremos visitar.

La carta ofrece platos de especialidades vienesas con dos tipos de Schnitzel, el vienés y el típico del restaurante. La única diferencia es que uno es de carne de ternera y el otro es de carne de cerdo, pero nosotros que probamos los dos, los encontramos igual de ricos y tiernos.

Otro de los días fuimos a un restaurante hindú que habíamos visto la noche anterior y que nos llamó mucho la atención, In-Dish. Los platos que pedimos nos gustaron, el servicio fue atento y la sala era cómoda, ya sé que no tiene nada que ver con la gastronomía vienesa pero ese día buscábamos algo diferente.

Y por supuesto algo que no puede faltar en Viena es probar la Tarta Sacher y si es en el Café Sacher, mejor que mejor.

Viena ha sido elegida este año como la mejor ciudad del mundo para vivir. No seré yo quien discuta esto pero me sorprendió gratamente lo limpia que estaba y el ambiente que se respiraba. Apetecía pasear por sus calles y aunque apenas vimos policía uniformada, transmitía sensación de seguridad. Por otra parte, y a pesar de lo grande que es, me resultó una ciudad cómoda, con muchas facilidades de transporte y preciosos jardines, todos estos indicadores que, sin lugar a dudas, nos hacen la vida más agradable y cómoda.

  • Hotel NH Collection Wien Zentrum: Hotel de 4 * de la cadena NH, ubicado en una calle comercial, justo al lado de una parada de metro y a 10 minutos de la zona de los museos. Habitaciones muy grandes y confortables, con zona de estar y amplio baño y ducha. Desayuno completo e impecable en el último piso y personal muy agradable. Encontré una habitación con una buena relación calidad/precio, utilizando mi tarjeta de fidelidad de cliente NH. Aconsejo que leáis el post Cómo Organizar un Viaje - Tips que a mí me funcionan donde os cuento ciertas opciones para aprovechar las ventajas de las cadenas de hoteles. No me importaría volver al mismo hotel.
  • WizzAir: Línea aérea lowcost con la que encontré billetes a buen precio para vuelo directo de Valencia a Viena. Los aviones son los típicos que utilizan estos tipos de aerolíneas por lo que si necesitamos que el espacio entre asientos sea más amplio tendremos que pagar algo más caros los billetes.
  • Suntransfer: Compañía de traslados privados del aeropuerto al hotel y viceversa con precios competitivos, nosotros solo eramos dos, pero a partir de tres personas el precio es el mismo que si utilizamos el transporte público. El transporte se realiza en coches en perfecto estado, limpios, cómodos y amplios, y siempre que los he utilizado son muy puntuales.
  • Tarjetas de Transporte: Hay muchos tipos de tarjetas de transporte que combinan descuentos en las entradas a palacios o museos o en el uso de otros servicios pero que tienen un alto precio y deberemos comprobar previamente si nos interesa esta opción. Nosotros acabamos sacando un ticket de solo transporte para 48 horas por 14 euros cada uno. Era válido para metro, tranvía y autobús y se compraba en las máquinas de las estaciones de metro.
  • Compra de billetes online para palacios y museos, opción más que recomendable si no queremos hacer largas colas. Nosotros compramos los tickets de entrada para los Palacios de Hofburg y Schönbrunn, el resto de entradas las compramos allí.
  • Café Sacher un lugar casi de paso obligado si vamos a Viena. Hay que probar la Tarta Sacher. No hay que equivocarse con otros establecimientos de restauración que están en el mismo hotel.
  • Restaurante Figlmüller una opción de lo más acertada para probar las especialidades vienesas, hay varios en Viena y dependiendo de la hora a la que deseemos ir, es conveniente reservar.
  • Restaurante In-Dish, local moderno de cocina hindú del que salimos muy satisfechos. Puede ser una opción diferente si no nos apetece seguir probando platos de la gastronomía vienesa.
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