Calabacines redondos rellenos de carne

Para hoy tenía planificado publicar otra receta pero, después de probar estos calabacines, no me he podido resistir y he tenido que pasarla al primer lugar.
Ya me ha pasado más de una vez, me ordeno todo, lo planifico para tener siempre alguna receta que publicar y de repente descubro una que me encanta y no me la puedo quedar solo para mi, siento la necesidad de compartirla con todo el mundo para que la disfrute igual que yo lo he hecho. Es como tener un cotilleo jugoso entre tus manos, llega un momento en el que se lo tienes que contar a alguien sí o sí, por que si no lo haces vas a reventar. ¿No os pasa a vosotros? Me refiero a lo de la receta, que sobre los cotilleos ya nos conocemos todos :P jajaja.
Pues la culpa de este cotilleo, digo receta, y de que toda la planificación se haya ido al traste ha sido de mi suegro. Seguro que más de uno ya habréis soltado un ¡alaaaaa! pero no me voy a meter con él, pobrecillo, si no al revés, ojalá envíe mis planificaciones de recetas al traste más veces jajaja.
Resulta que el viernes fuimos a su casa y mientras esperábamos a que estuviera preparada la cena nos enseñó unos calabacines que había comprado esa misma tarde ¡y eran redondos! Perdonad mi poca cultura culinaria, pero yo me quedé flipi en cuanto los vi. Y lo primero que le dije a mi cocinillas fue: "¡tenemos que comprar de esos para el blog!". Es alucinante como piensas cuando tienes un blog de recetas, ¿verdad? Te emocionas al ver unos calabacines redondos... En fin, que creo que mi emoción fue tal que al final nos dio un par para que los probáramos... Y aquí os los traigo.
Sinceramente, yo no noté mucha diferencia en el sabor comparándolos con los alargados de toda la vida, pero me gustó mucho la presentación, lo fáciles que se preparan y se comen. Son sencillos y están muy muy ricos, os lo recomiendo si queréis comer los calabacines de una manera diferente y quien sabe, a lo mejor a los peques (y no tan peques) de la casa les ayudamos a comer un poquito más de verdura :).

 Ingredientes (para 2 personas)

• 2 calabacines redondos
• 200 gr. carne picada
• 1 cebolla mediana
• 1 pizca de comino y tomillo
• 2 zanahorias
• 200 gr. de tomate frito
• 1 vaso pequeño de vino blanco
• Mezcla de quesos en dados
• 2 lonchas de queso tierno
• Aceite de oliva, sal y pimienta

 Preparación
Pon a precalentar el horno a 200ºC, calor arriba y abajo.
Lava bien los calabacines y corta la parte superior dejando como base unos 3/4 del calabacín para poder rellenarlo sin problemas. Reserva la parte que has cortado ya que la usaremos como "tapa".
Con la ayuda de una cuchara o un vaciador de patatas y con mucho cuidado para no romper la piel. Vacía el interior de los calabacines dejando más o menos medio dedo de borde. Reserva el relleno en un plato.Coloca los calabacines vacíos con la tapa al lado en una bandeja cubierta con papel para cocinar y mételos en el horno durante 30-45 minutos hasta que estén blanditos. Reserva.
Pica la cebolla, la zanahoria y el relleno del calabacín. Añade en una sartén un chorro de aceite de oliva a fuego medio y cuando esté caliente añade la cebolla y póchala.
Cuando la cebolla esté transparente añade la zanahoria, rehoga durante unos minutos y añade el calabacín.
Tras unos minutos, vierte el vaso de vino entero y deja que se evapore el alcohol unos 2-3 minutos. Incorpora la carne picada y las especias, salpimienta, remueve para que se mezcle todo bien y deja que se haga la carne.
Añade el tomate frito y remueve varias veces de nuevo. Retíralo del fuego y deja que se temple.
Cuando se haya enfriado un poco, añade el queso en dados y remueve para que se mezclen todos los ingredientes.
Reparte el relleno entre los dos calabacines.
Pon encima las lonchas de queso dejando que sobresalgan un poco y un chorrito de aceite de oliva. Mételos en el horno hasta que el queso se dore y sirve inmediatamente.
Puedes servirlos con la tapa puesta (que también se come!) y acompañados con un poquito de salsa chimichurri casera, que pronto os traeré la receta :)