El resultado una carne tierna y jugosa
INGREDIENTES (para 4 personas)
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Codillos: 2
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Patatas: 4-5 medianas
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Vino blanco: 100 ml
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Aceite: 100 ml
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Caldo: 200
ml
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Tomillo: 1-2 ramitas (1 cucharadita)
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Romero: 1-2 ramitas (1 cucharadita)
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Pimienta: ½ cucharadita
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Laurel: 1 hoja
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Cebolla: 1
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Sal
PREPARACIÓN
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Pedimos en la
carnicería que nos corten los codillos en dos trozos.
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Primero cocemos el
codillo con una hojita de laurel, una cebolla troceada en dos y un par de
cucharaditas de sal, cubrimos con agua, cocemos durante 20 minutos en olla a
presión (o bien 60 minutos en cocción tradicional), aprovecharemos luego parte
del caldo, el resto lo podemos congelar para otras preparaciones.
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En un bol mezclamos
el aceite, el vino blanco, el caldo, el tomillo, el romero, la pimienta y la
sal (en la medida que lo podamos mezclar).
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Untamos el fondo de
la fuente de horno con un poco del aderezo anterior.
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Pelamos y cortamos
las patatas en rodajas de un dedo de gruesas, las ponemos en el fondo de la
fuente.
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Sobre la cama de
patatas disponemos los trozos de codillo.
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Regamos todo bien
con el aderezo.
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Metemos la fuente en
el horno precalentado a 180ºC unos 80-90 minutos, hasta que esté bien dorado (el
tiempo de horneado va a depender del tamaño del codillo y del horno).
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Vamos dándole vuelta
a los trozos de carne cada 20-30 minutos y lo rociamos con el jugo de la
fuente, lo dejamos hasta que estén bien dorados.
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Si vemos que se va quedando
seco podemos añadirle algo más de caldo.