Los que me conocéis sabéis que soy de esas personas que deja la preparación de todo para última hora...los cumpleaños, comuniones, los viajes,...somos así no lo podemos evitar!! Así que me encanta encontrarme con gente que es todo lo contrario!...que lleva meses preparando un cumpleaños, con tanto cariño que no le puede quedar de otra manera que así de bonito.
Gemma es la protagonista del post de hoy, nos conocimos hace meses en casa Barcarola, y desde entonces hemos tenido una relación "intensa" muy al estilo 2.0 Hoy nos narra como fue el cumpleaños de su niño, adelante y disfruten!! (de mayor quiero ser una madre como tú :)
...Con
el final del mes de Julio, llegó el 5º cumpleaños de Guille. En la lista de
invitados, 17 niños y más de 40 adultos.
Todo
está listo, y empieza a llegar la gente.
Entre
los invitados, uno inesperado…el pánico.
Ese que se presenta cuando menos te lo esperas, sin avisar, y es cuando te das
cuenta que a lo mejor la fiesta de cumpleaños de tu hijo se te ha ido “un
poquito” de las manos.
Miro
al padre del cumpleañero con la cara desencajada y le digo: “no me dejes
organizar esto otro año más, por favor”.
Allí
no para de entrar gente, coches, motos, y lo peor de todo.. 17 niños no pueden abultar tanto, así que se
me deben estar colando de alguna de las casas de la urbanización.
Después
del susto inicial, y una vez que el portón de la finca familiar se ha cerrado
(casi le pongo un candado yo misma), siento que vuelvo a tenerlo todo bajo
control.
Frente
a la casa, colocamos dos mesas. Una de ellas con la comida, y la otra con una
especie de “Candy bar” en plan campestre.
Cajitas
de madera llenas de gominolas, botes de regalices, chupa-chups y un dispensador
de limonada que hizo las delicias de grandes y pequeños. Desde aquí, me
gustaría dar las gracias a mi madre y mi tía, que fueron las encargadas de
exprimir los 15 kilos de limones, y de paso dejar a todo el barrio sin ellos.
Gracias, chicas !
Con
todo listo, un sol de justicia, y una humedad del 80%, mi hermana y mi cuñada
deciden entonces que es el momento ideal para dar comienzo a las Olimpiadas de
Verano !!
Así
que se ponen manos a la obra.. primero con la Gymkhana.
Unas
pajitas gigantes colgadas de los árboles, un poco de agua, y los niños no
necesitan nada más para divertirse.
Después
vienen los juegos con obstáculos, el del pañuelo y por fin las carreras de
sacos.
Este
último todo un clásico por el que yo personalmente llevaba esperando 5 años, y
que por supuesto, no defraudó ni a grandes, ni a pequeños.
Y
además Guille ganó en su categoría !!
Tan
en serio se tomaron la competición los padres, que su carrera se saldó con dos
heridos y uno de los sacos rotos. Nada grave, gracias a Dios.
Para
todos ellos hubo medallas, que por cierto, los niños ya no se quitaron el resto
de la tarde.
Otro
de los éxitos del cumpleaños, y facilísimas de hacer.
Y
ya que estamos de “prestado” en un blog de cocina, no podía dejar de enseñaros los
postres. Dos riquísimas tartas de queso hechas por la abuela, y vasitos de
arroz con leche de la “bisa”, que aunque no me diera tiempo a fotografiar, os
aseguro que también triunfaron muchísimo.
Y
con la luz más bonita de la tarde (aunque yo no la haya sabido aprovechar del
todo) llegó el momento del photocall.
Al
principio posaron los peques, un poco más por intriga que otra cosa, aunque los
hubo que se resistían a dejar sitio al siguiente.
Y
luego los mayores, que con la excusa de animar a los peques, no dudaban en
ponerse coronas, gafas, y lo que hiciera falta.
Esta
es una pequeña muestra de los 17 niños y los más de 40 adultos que quisieron
celebrar con Guille su 5º cumpleaños. A todos ellos, muchas gracias por hacerle
cada año vivir un cumpleaños inolvidable.
Y
ya sólo me queda dar las gracias a Carmen, por dejarme compartir la fiesta de
Guille con todos vosotros, por su generosidad, por confiar en mí, y por darme
la libertad para escribirlo a mi gusto.
Ha
sido un placer.
Gemma