Las conocidas comúnmente como
oronjas son unas setas muy apreciadas, en la antigua roma eran las setas de los
cesares (amanita caesarea) de ahí el nombre de la receta.
Y por supuesto agradecer al primo
Toño su experta pericia buscadora y generosidad en el compartir.
INGREDIENTES (para unas 2-3
docenas, según el tamaño)
Para la masa:
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Oronjas (amanita
caesarea): 250 gr
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Cebolla: 1 pequeña
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Harina: 2 cucharadas con colmo
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Leche: 500 ml
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Aceite: 3-4 cucharadas
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Nuez moscada: una
pizca
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Sal
Para el rebozado:
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Huevos: 2-3
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Pan rallado
PREPARACIÓN
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En una sartén
ponemos el aceite, cuando esté caliente añadimos la cebolla picada muy fina,
con ½ cucharadita de sal, bajamos el fuego al mínimo.
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Entretanto limpiamos
las setas (con poca agua o con un pincel), las cortamos en trocitos muy
pequeños, las añadimos a la cebolla.
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Cuando el sofrito
esté dorado añadimos la harina, mezclamos bien.
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Se va agregando la
leche poco a poco, removiendo con energía para que no se formen grumos.
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Rectificamos la
sazón y añadimos la nuez moscada, se deja cocer todo junto sin dejar de
remover, hasta que espese (si queremos podemos pasar la mezcla por la batidora para
que quede más fino, yo personalmente prefiero con los tropezones).
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Ponemos la masa en
un bol, la dejamos enfriar durante unas horas en el frigorífico para que coja consistencia y poder trabajar
con ella, mejor si se prepara de un día para otro.
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Damos forma a las
croquetas ayudándonos de dos cucharas, se rebozan pasándolas primero por pan
rallado, después por huevo batido y por último por pan rallado.
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Ponemos la sartén al
fuego con abundante aceite, cuando esté caliente freímos las croquetas, hasta
que estén bien doradas.
Las sacamos y escurrimos el exceso de aceite poniéndolas en un plato con papel
de cocina absorbente.