Cuando ví este flan en la cocina de mi querida malagueña Carmen Rosa, no pude evitar tomar buena nota de la receta y ponerme manos a la obra ese mismo día. Es un flan ligero, muy suave, y con una textura tan delicada que hace de cada cucharada que te llevas a la boca, un auténtico placer. Con el toque de los piñones tostados es ya todo un lujazo de flan.
Asi que si soís adictas a los flanes, al igual que una servidora, y os gusta probarlos todos, anímaros con este porque seguro que los preparareís en casa en más de una ocasión.
Ingredientes:
- 3 huevos.
- 250 mls de leche.
- 1 cucharada sopera de miel.
- 3 cucharadas de azúcar.
- 50 grs de piñones (yo usé unos poquitos más).
- 60 grs de azúcar para el caramelo.
Preparación:
- Precalentamos el horno a 180º.
- En una sartén con unas gotas de agua, preparamos el caramelo con el azúcar. A fuego lento y removiendo continuamente.
- Una vez toma un color dorado (sin que se llegue a quemar), lo echamos en la base del molde.
- Tostamos luego los piñones en una sárten con unas gotitas de Aceite de Oliva Extra. Reservando unos pocos para decorar el flan.
- En el vaso de la batidora, vertemos la leche, los piñones, el azúcar, la miel y los huevos.
- Una vez todo bien mezclado, llenamos los moldes caramelizados con la mezcla.
- Seguidamente, los metemos en una fuente con agua (hasta la mitad) y los introducimos en el horno para hacerlos al baño María, durante una hora aproximadamente.
- Pasado ese tiempo, los sacamos de la fuente con agua y del horno, dejándolos enfríar a temperatura ambiente.
- Metemos en la nevera para que se solidifiquen del todo, y una vez los desmoldamos para servir, los presentamos en la mesa con los piñones tostados por encima.
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