Cuando decimos cocina peruana inevitablemente se nos viene a la cabeza Ceviche. Si nos damos unos segundos más brotarán más cosas: Anticuchos, Papas a la Huancaína, Chicharrones, cocina Chifa, Pisco, Ají, tiraditos... Estos platos ya no nos resultan tan desconocidos y podemos encontrarlos con cierta facilidad en Barcelona.
Tuve la suerte de viajar a este País, del que debo decir guardo un recuerdo extraordinario por su riqueza natural y su gente. Hablo de hace años cuando la cocina peruana era nada más (y nada menos) que eso. Y totalmente desconocida para el resto del mundo.

Si damos un paso más y hablamos de gastronomía peruana y de Chefs originarios de ese país, estoy segura que al 99% de las personas nos asalta el nombre de Gastón Acurio. Junto a su esposa Astrid, con su cocina y su gestión le han dado a este país un papel protagonista. Gastón inició sus andares culinarios podríamos decir que a escondidas, hasta llegar a conseguir el Cordon Bleu en París. En 1994, ya en su Lima natal, abre su primer restaurante en el barrio de Miraflores, precisamente el barrio en el que me alojé los días pasados aquella ciudad. En un principio la idea era poner en práctica todo lo aprendido en la academia francesa, aunque poco a poco se revuelve y recupera las recetas y los ingredientes originarios de su país, a los que aplicándoles las técnicas aprendidas llega creciendo paso a paso y sin dejar de evolucionar a convertirse en uno de los cocineros actuales más influyentes, con más de 30 locales en todo el mundo.
Esto es un guiño más que resumido al Curriculum de Gastón Acurio para introducir el tema. Gastón daría para escribir mucho más, y más que dará. Pero ahora hemos venido a “hablar de su libro” (frase casi casi igual a la que ya ha hecho historia del desaparecido Francisco Umbral).

“Soy simplemente un cocinero peruano a quien le gusta cocinar rico…”