No amigos, no me he vuelto loco, no os estoy animando a que salgáis al monte a cazar a los lagartos, que con estos primeros calores del año, salen de su letargo y se calientan al sol. Tampoco quiero que salgáis a la caza de la lagartija, salvo que lo hagáis provistos de una cámara de fotos, como el egregio Dr. Frikosal, que las engatusa con jamón york, y luego, hasta le dan la mano.
Yo quiero presentaros una receta, como es menester en este blog, con una pieza poco conocida del cerdo ibérico. Se trata del lagarto, que es un corte alargado, situado entre la chuleta y el lomo, junto a la columna vertebral del cerdo, que suele utilizarse para la elaboración de salchichones y últimamente, para cocinar por ejemplo, cocinada en taquitos, pues es una pieza muy muy tierna. Como no es tan fácil de encontrar, podéis sustituir esta carne por cualquier carne magra de cerdo, como carne de paletilla, pluma, solomillo, cabezada de lomo o similar.
Para dar de comer a cuatro o cinco personas, necesitaremos...
- 300-400 gr de Carne magra de Cerdo, preferiblemente ibérico (yo usé lagarto de cerdo ibérico)
- Cuatro cucharones de Pisto (mejor si lo hacéis casero, pero también podéis usar una lata de vuestro gusto, de las que hay en el mercado) Entre ellas, me gusta bastante la de Hida y la de Hacendado-Mercadona.
- Pisto casero: Tomates, cebolla, pimientos y calabacín.
- Patatas fritas para acompañar
¿Cómo se prepara?
- Comenzamos troceando en cuadraditos la carne, mejor en tamaño bocado, así luego no habrá que partirlas. Freímos en casi nada de aceite de oliva, sin llegar a terminar de hacer, porque luego se terminarán de hacer al cocer en el pisto. Reservamos.
- Si váis a usar pisto ya preparado, pasad al punto número 5
- Si vamos a hacer nosotros un pisto casero, aprovechamos el aceite que quedó en la sartén, (que se habrá enriquecido con la grasilla que suelta el cerdo, en especial si era cerdo ibérico), y lo ponemos en una cacerola, en la que freímos los tomates, pelados y despepitados, para hacer una salsa de tomate. Lo hago en cacerola porque el tomate, salpica bastante cuando se fríe en sartén, y debe estar bastante rato para que quede bien hecho y concentrado. Mientras se va haciendo, pochamos en otra sartén la cebolla, que incorporaremos al tomate cuando esté bien blandita, y dejamos que se siga haciendo, y repetimos la operación con los pimientos, verde y rojo, cortados en trozos pequeños. Cuando estén listos, los echamos a la cacerola del tomate.
- En casa también añadimos calabacín al pisto, pero como el calabacín se hace enseguida, lo haremos en el último momento. Entre tanto, la cacerola en la que estamos haciendo el tomate, con el pimiento y la cebolla, tiene ya pendientes a todos nuestros vecinos, porque huele a gloria, por lo que ya podemos añadirle el calabacín blandito y seguimos cocinando todo junto durante unos cinco minutos más... Una vez tenemos el pisto a nuestro gusto, solo nos falta incorporarle los trozos de carne que habíamos reservado. Cuando preparo pisto hago mucha cantidad, y ahora sólo vamos a usar dos o tres cazos, guardaremos el resto, para otras preparaciones.
- En una sartén hermosa, disponemos los trozos de carne que habíamos reservado y los cubrimos con el pisto, dejando cocer a fuego lento, disfrutando de los aromas mientras la salsa hace chup-chup. Cinco minutos para integrar todos los sabores y terminar de cocinar la carne y apagamos el fuego, dejando tapada la sartén para que se asienten bien todos los sabores.
- Mientras, nos ponemos a pelar las patatas, y las freímos a nuestro gusto. Con este tipo de platos, a mi me gustan mucho las patatas en cuadraditos, o bien las patatas paja, que fueron las elegidas como podéis ver. Cuando las patatas estén a punto, le damos un último toque al lagarto con tomate, para poder servirlo humeante... (¿véis el humo en la foto?)
- Emplatar y llevar corriendo a la mesa.
El resultado: de lagrimita. No os va a sobrar, pero si sobrara, se puede guardar perfectamente, y está buenísimo como tapa, con una cervecita, por ejemplo. A mí me gusta hasta frío.
Y de propina... dos fotos más, una de un lagarto muy colorido que fotografié en Namibia, (clic para verlo grande) y otra de una lagartija que me tomó confianza, tras una hora de mutua observación.
Sed felices,
Un saludo del Futuro Bloguero desde Lazy Blog