Muchas veces los aficionados al vino esperamos el momento de hacernos con uno, en base a nuestro propio estado de animo ; en ocasiones me siento por ello afortunado frente a los profesionales que deben hacer las catas o poner en marcha sus conocimientos sin estar en el mejor estado emocional , lo cual, no debería pero sin duda influye en el resultado final ; hay días en los que uno, generalmente por el abuso previo, aleja o detesta una copa de vino, de manera siempre temporal , para poder disfrutarlo mas adelante en plenitud, como mandan los dioses; aquel viernes cerraba una semana extraña, por lo fantástica, con esa agradable sensación de ver como la bolita blanca de nuestra ruleta diaria, caía casi siempre en mi color rojo, y como gran broche, pude disfrutar de una muy buena comida en el Restaurante Los Claveles, en Ibeas de Juarros, muy cerca de Burgos, y donde la alubia roja de Ibeas se convierte en la protagonista principal ; no soy mucho de cocidos, pero es un lugar en el que la gente se siente como en casa, en el que se come maravillosamente, y es de los pocos restaurantes que en estos tiempos de crisis, cuelga el cartel de no hay sitio libre; ademas he tenido la suerte que cada vez que he ido, poder tomar un vino distinto, y este Ribera del Duero, de la Bodega López Cristobal en Roa de Duero, fue mi elección:
El López Cristobal Roble 2009 está elaborado con un 95% tempranillo y un toque de merlot, una combinación no muy común en esta zona raudense de la Ribera, y lleva una crianza de tres meses en barrica de roble francés y americano; color rojo cereza de capa media, vivos ribetes en tono frambuesa, en nariz tiene un arranque muy poderoso, fruta roja, fresas y regaliz , una explosión frutal , que al poco remite bastante; en boca el vino tiene una potencia media, con unos recuerdos lácteos mas presentes, procedentes de la barrica, ligero, con buen paso y bien armado, muy agradable, pero como en nariz, me salió poco persistente, con un efecto gaseosa que me dejo un poco chafado; al día siguiente el vino marcaba aún mas la madera; en su descargo diré que mi buena amiga arandina Mercedes de Toneleria Duero, probó este mismo vino el mismo día, por una casualidad, y no encontró este bajón en el vino, quizás fuese mi botella ; espero tener la oportunidad de volver a probarlo y desquitarme.
R.