Tenía ganas de volver a elaborar estas pastitas, para disfrutarlas lo más parecida a su estado original, y gracias a tener por fin los moldes originales con los que se confeccionan, hoy me he decidido y me he puesto manos a la masa. Creo que ha merecido la pena, y, si os sorprenden por fuera, esperad a hincarles el diente y saborear ese toque cítrico tan característico.
Estas delicias, como casi todos los dulces árabes, disputa su origen entre varios países e incluso hay controversia en el uso o no de harina o sémola exclusivamente para su elaboración. Sea como fuere, lo que si os puedo asegurar es que tanto el sabor y el olor a cítricos, así como el mordisco de esa corteza crujiente contrastando con un delicioso relleno de dátiles, coco y pasas, es absolutamente irresistible y mucho me extrañaría que os conformaraís con probar uno solo de estos Ma'amoul.
Soy un incondicional de todos los dulces árabes y como os decía, estoy que pego botes de alegría, ya que por fin he conseguido unos moldes apropiados para elaborar estas pastas en toda su originalidad y belleza. Las elaboraba anteriormente con moldes circulares metálicos y aunque el sabor era igualmente delicioso, ahora que las he hecho con sus formas características, incrementan notablemente su sabor, ¿o será cosa mía?. Espero que os gusten tanto como a mi y si os apetece un vaso de té a la menta, estas pastas son un acompañamiento ideal para transportaros a las Mil y una Noches, o algo parecido
Existen en el mercado diferentes moldes específicamente confeccionados para elaborar estas pastas con unos dibujos preciosos y con los que conseguireís formas de ensueño como las que os muestro en las fotos, pero como los hacía anteriormente con cualquier cortapastas circular y hueco, podeís ir rellenándolos y dando la forma que más os apetezca, creo que la forma queda en segundo plano ya que es el sabor y la textura lo fundamental en esta receta.
Masa250 gramos de mantequilla a temperatura ambiente40 gr de coco rallado100 gr de azúcar glass2 yemas de huevo4 gramos de levadura química en polvo1 cucharada sopera de aroma de vainilla200 gr de almendra molida450 gr de harina aproximadamente
Relleno55 gramos de pasta de dátil65 gr de pasta de pasas sultanas2 cucharada sopera de sésamo recién tostado1 cucharada sopera de coco ralladoUnas gotas de agua de azahar o de rosas
DecoraciónAzúcar glasAlmendras fileteadas
Del rellenoPrimero pasamos por una picadora eléctrica los dátiles hasta que nos quede una pasta pegajosa. Hacemos lo mismo con las pasas.
En una sartén, tostamos ligeramente las semillas de sésamo.
Preparamos la pasta de dátil. Para ello mezclamos la masa de dátil con el sésamo, la masa de pasas, el coco rallado y el agua de azahar.
De la masaEn un recipiente hondo mezclamos la mantequilla, el azúcar glass, el aroma de vainilla y las yemas de huevo.
Mezclamos bien. Incorporamos ahora la levadura, el coco, la almendra molida y la harina pero poco a poco, la suficiente hasta obtener una masa algo pegajosa. Si es más de vuestro gusto, podeís sustituir algo de harina por sémola fina. Si la temperatura ambiente no es fría, conviene envolver la masa en plástico de cocina y refrigerar de 30 a 60 minutos.
Pasos para elaborar la masa
Vamos añadiendo harina (o sémola) hasta conseguir la textura adecuada
Cogemos porciones de masa con las manos y hacemos bolas del tamaño de una nuez.
Con el dedo, hacemos un agujero en el centro.
Cogemos un poco de pasta de dátil y la metemos dentro de ese agujero.
Después, ponemos la masa de la galleta sobre un molde de "ma'amoul" para darle esa forma tan particular. Para que la masa no se quede pegada en el molde, pondremos sobre éste un trozo de film transparente o un pelín de mantequilla.
Cerramos la masa para que el relleno se cubra y presionamos ligeramente sobre el molde.
Relleno con un molde circular normal
Podemos decorarlas con almendras fileteadas o guindas en almíbar y pintarlas con la clara de huevo batida sobrante de la elaboración de la masa.Estas de una ocasión anterior sin el molde de madera
Cuando tengamos todas las galletas hechas, las metemos en el horno precalentado a 200ºC hasta que adquieran un color dorado, en 10-15 minutos estarán en su punto.Cuando estén hechas, las dejamos enfriar y las espolvoreamos con azúcar glass.
Se conservan en perfectas condiciones de sabor y textura durante más de 1 semana, siempre que estén guardadas en cajas metálicas, así podreís disfrutar de estas delicias durante varios días.
El relleno podeís confeccionarlo con otros frutos secos como pistachos, nueces o almendras e incluso con higos secos quedarán igualmente deliciosos.