Los ochíos de Jaén son unas tortas de aceite muy típicas de la capital, aunque en muchos pueblos de la provincia los preparan también añadiendo nueces o pasas, como los nochebuenos de Valdepeñas de Jaén, de los que dí buena cuenta cuando trabajé allí.
Su nombre viene por ser la octava parte de un pan de kilo, ya que se hacía con la masa de pan a la que se le añadía azúcar y aceite.
En mi caso, los he hecho más pequeños, porque siempre termino partíendolos por la mitad.
Hay quien no le pone matalahúga (anís en grano) pero a mí me encanta su sabor.
Cuando comencé a publicar en este blog, fue una de las recetas que subí, pero con la diferencia de que le añadí huevo en la masa, haciendo también los Hornazos, otro dulce típico de mi provincia, en el que se le pone un huevo cocido en el centro cruzándolo con masa.
Y han sido varios panaderos los que me han dicho que no llevan huevo, así que he creído conveniente volver a publicar la receta, esta vez más fiel que la anterior.
Lo que sí va acompañado de un ochío de Jaén, es una onza de chocolate, componiendo así la merienda por excelencia de muchos niños de antaño, cuando íbamos al colegio.
Hoy son mi desayuno favorito, mojando la leche, o mi merienda festiva con una taza de chocolate, aunque reconozco que alguna vez lo he calentado y rellenado con mermelada… ¡golosa que es una!
En cualquier caso, es un dulce fácil, sobre todo si tienes un robot que te ayude a amasar, y sólo tienes que tener paciencia con los levados.
Pero merece la pena. Verás como cuando los pruebes, seguirás haciéndolos muchas veces.
Cómo hacer los ochíos de Jaén, paso a paso:
Ingredientes:
- 1 kg de harina de fuerza
- 50 g de levadura fresca
- 500 ml de agua templada
- 1 cucharada sopera de matalahúga (anís en grano)
- 180 g de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada sopera de sal (rasa)
- 150 de azúcar
- 1 huevo, para pintarlos
- Azúcar para espolvorear antes de hornear
Preparación de los ochíos de Jaén:
Calentamos el aceite de oliva virgen extra, y echamos los granos de matalahúga. Apartamos del fuego y dejamos enfriar.
En un bol, vertemos el agua templada y disolvemos en ella la levadura fresca.
Añadimos el aceite de oliva con los granos de anís, que ya estará frío, y el azúcar, mezclando hasta que éste se disuelva.
Vamos añadiendo la harina con la sal y mezclamos, hasta que la masa necesite ser amasada en la mesa o en un robot. Deberás amasar hasta que ésta quede fina, cosa que comprobarás si se estira hasta quedar como una membrana transparente. Tardarás unos 10 minutos con el robot y a mano… un buen rato más.
Forma una bola e introdúcela de nuevo en el bol, tapándola con un paño limpio y reservando en un lugar fuera de corrientes de aire. El horno es un lugar ideal para ello.
Cuando haya doblado su volúmen (unos 45 minutos dependiendo el calor que haga), vuelve a amasar para quitar el aire, y forma bolitas de unos 80 gr aproximadamente, aplastándolas un poco para que queden con forma de tortas. Disponlas en una bandeja de horno cubierta con papel de hornear, con cuidado de separarlas para que no se peguen cuando leven.
Pinta con huevo batido y espolvorea bien con azúcar, y vuelve a tapar con un paño reservando de nuevo hasta que vuelvan a doblar su tamaño.
Precalienta el horno a 200º y cuando esté listo, baja hasta los 170º y hornea los ochíos de Jaén unos 30-35 minutos, hasta que los veas doraditos.
Una vez fríos, ya puedes disfrutar de los ochíos de Jaén, bien con una taza de café, chocolate o una onza de chocolate, como yo cuando iba al colegio.
¿A que se te hace la boca agua? Pues ¡manos a la obra!
Te van a salir unos 15 ochíos, así que si no quieres repartirlos con tus amigos, los puedes congelar, como hago yo, y así tendrás ochíos de Jaén listos cuando te apetezca.
¿Te gustan las masas? Hay una que a mí me encanta y es este Pan chino una masa hecha al vapor y luego frita, super rica, o esta deliciosa Flor de roscón con chocolate, una forma de disfrutar del roscón de Reyes todo el año. ¿Te atreves con ellas?
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