Revista Cocina

Parir en casa: una experiencia increíble

Por Yoisasi

En la madrugada del martes 2 de mayo, me desperté con unas contracciones diferentes a las que había tenido anteriormente (aquéllas ya no eran las llamadas ‘falsas’). Después de unas horas en la cama ya sin poder dormir avisé a mi hermana Marta y a mi compañero Fran para decirles que había llegado el ‘día‘. Pero, tranquilos, que teníamos todo el día para ir haciendo los preparativos. Ellos fueron a comprar comida y otros recados y yo me quedé en casa, me depilé ya que quería estar ‘guapa’ para la llegada de mi hija.
Hice la comida (macrobiotiVaa, por supuesto) para todos y pasé la tarde con contracciones más o menos llevaderas. Después de cenar empezaron a ser más fuertes y seguidas y fue aquí cuando Marta y Fran ya decidieron montar la piscina (birth pool)en el salón.
La cosa iba a más y los tres esperábamos la famosa frase ‘he roto aguas’ pero pasaba el tiempo y aquello no ocurría. Iban pasando las horas y sobre las doce de la noche mi hermana me miró y vio cómo me salía una especie de pelota blanca o como una bolsa de plástico. Se asustó bastante ya que no sabía qué era aquello pero Fran la calmó diciéndole que aquello era el saco amniótico, donde iba mi hija.
Se supone que la rotura de aguas hace que tu cuello esté más lubricado y así el bebé pueda deslizarse mejor. En mi caso, todo más seco que seco y costaba mucho la dilatación.
Iba de la piscina al sofá, del sofá a la piscina, de la piscina al suelo, siempre a cuatro patas. Las piscinas para parir están muy bien porque el agua calentita hace que las contracciones sean más llevaderas pero su inconveniente, en mi caso, era que me escurría y nunca llegaba a estar colocada como quería haciendo que se cerraran bastantes veces las caderas.
A mitad de madrugada las cotracciones eran muy fuertes y super seguidas, gritaba, aullaba e incluso cantaba tipo ópera (mi hermana se reía). En cada contracción cogía a mi hermana de sus brazos con todas mis fuerzas mientras Fran me echaba agua caliente por la espalda. Cuando ya no veía fin a todo esto y mi energía ya estaba en las últimas hice una gran esfuerzo colocándome tipo cuclillas, medio de pie con la ayuda de mi hermana y por fin el saco salió como un misil todo de golpe rompiéndose y directamente, en la piscina, salió mi niña, toda morada pero super limpia ya que había parido como si fuera un caballo o una vaca. La dejamos unos segundos en el agua y abrió los ojos, una vez la cogí subió hacia mi pecho y después de que Fran y Marta cortaran y anudaran el cordón umbilical (cuando ya había dejado de latir) la cogí en mis brazos y seguidamente empezó a mamar. Estaba alucinada ya que todos los mitos que circulan, como que el cordón es muy difícil de cortar y anudar, que el bebé necesita mucho tiempo para cogerse al pecho y otros más, no tenían ningún fundamento en la experiencia que estaba viviendo.

Mi placenta.

Mi placenta

Se agarró al pezón y ya no lo soltaba. Esperaba a que la placentasaliera por sus propios medios pero pasaba el tiempo y no sentía ningún tipo de movimiento así que salimos de la piscina y esperé un rato mientras daba de mamar. Decidí por fin darme una ducha de agua caliente mientras tiraba del cordón como si fuera un tampón y ahí estaba, increíble, grande, de diferentes tonalidades de rojos y violentas, sinceramente, muy bonita y espectacular. Me guardo para mi intimidad lo que hicimos con la placenta y el cordón umbilical.
Ha sido una experiencia increíble, que seguro que nos ha marcado a los tres como personas y como algo más, para darnos cuenta, por una parte, de la cantidad de miedos infundados y programación mental que hay referente a los partos y por otra, para ser de nuevo conscientes de nuestra alma, de nuestras relaciones entre nosotros, del amor, de la Vida…
Muchos podrán considerarnos unos inconscientes por haberlo hecho sin matrona, sin doula y toda la pesca pero os puedo asegur que los tres estábamos super conscientes de lo que hacíamos y entres los tres esos miedos no estaban presentes, simplemente seguíamos las leyes de la naturaleza, trayendo al mundo una criatura que es una maravilla y ojalá muchos futuros bebés puedan de nuevo nacer de una manera tan sana y ‘sencilla’.
Gracias Fran por tu apoyo incondicional, gracias Marta por estar a mi lado y arreglar nuestros asuntos personales y ancestrales en ese momento sin tener que hablar ni expresarno. ¡Hemos hecho un gran trabajo! El esfuerzo trajo su recompensa y su gran aprendizaje. No lo olvidaré nunca.

Un post donde no me he expresado muy bien…sigo sin palabras…

Salud y Buen Parto en casa para toda aquella mujer que quiera llevarlo a cabo.

Yo Isasi


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