Revista Cocina

Pimientos de Herbón-Padrón:Un bocado con suspense

Por Sopaboba

Una hortaliza americana que se afincó en la Galicia hasta convertirse en una cleebridad. Esta es la historia de los pimientos de Padrón.

Bajo el hábito de un franciscano

Hasta el convento franciscano de San Antonio de Herbón, localidad del municipio coruñés de Padrón, llegaron desde México de la mano de un misionero semillas de pimiento Capsicum. Los franciscanos los cultivaron junto a otras hortalizas, frutas exóticas y demás productos traídos desde el Nuevo Mundo y compartierion su experiencia y saber con sus vecinos, todos ellos humildes labriegos. Con el paso de los siglos, los pimientos, que en un principio solo se molían para vender el pimentón, han pasado a ser todo un icono de nuestra gastronomía.
Pimientos de Herbón-Padrón:Un bocado con suspense
Hay una fórmula secreta más encriptada aún que la composición de la Coca-cola: el enigma de los pimientos de Padrón. Cuando alguien les diga que sabe el truco, no le crean: N.P.I.
Pimientos de Herbón-Padrón:Un bocado con suspense

Un oficio transmitido entre generaciones

Las familias 'pementeiras' siguen heredando de sus antepasados sus tierras y su saber. Para obtener los pimientos de Herbón-Padrón, únicos gracias al microclima de esta zona de Galicia, los productores trabajan durante todo el año. Recogen y secan las semillas de los mejores pimientos y a finales de año realizan los semilleros y preparan la tierra. Con el año nuevo se trasplantan en el invernadero y las matas florecen durante el mes de abril. Desde mayo hasta finales de octubre se recolectan bajo la Denominación de Origen Protegida Pimiento de Herbón, distinción obtenida en 2009 y bajo la que se acogen solo los recogidos en los municipios de Padrón, Dodro, Rois, Pontecesures y Valga.
 Pimientos de Herbón-Padrón:Un bocado con suspense

Verde sobre verde

Las recolectoras van ataviadas con un mandil que se ata a la cintura y forma la bolsa donde depositarán los pimientos. Se recogen desde primeras horas del día hasta el final del mediodía. Es un trabajo que exige agudizar los sentidos, en especial la vista y el tacto: se eligen los ejemplares más lustrosos y aptos, que miden cerca de cinco centímetros y son compactos, nunca los que crujen o huelen mucho a picante.
 Pero os preguntareis como hacer para que piquen o para que no
Cuenta Valentín Carrera que  el padre Feijóo le desveló la receta mágica para que picaran: regarlos mucho; el padre Peteiro, sin embargo le dijo bajo secreto de confesión que el truco era no regarlos. Desde entonces, todos los años le dicen las vendedoras en la feria de Padrón:
—Riéguelos mucho.
—No los riegue, ya verá cómo pican.
Pimientos de Herbón-Padrón:Un bocado con suspense 
En su huerto de diseño digital, ha plantado pimientos. La mitad  los riega . La otra mitad son de secano: los cubro cuando llueve y les pongo un deshumidificador. Y es verdad, oiga, que unos pican y otros no; pero aún no sé cuáles, porque cuando los recolecta  va echando todos en el mismo mandil.
 
 Pimientos de Herbón-Padrón:Un bocado con suspense
Hay que hacer como las paisanas de Padrón:
—Ande, lleve unos pimientos.
—¿Pican?
—¡Nadiña!
—Entonces no los quiero.
—Espera, rapaz, tengo aquí de los que pican –y los escoge del mismo cesto sin inmutarse, como aquel tunante descrito por Richard Ford:
—Ventero, ¡este vino es peor que su vinagre!
—No puede ser, caballero, saco los dos del mismo barril.
Eso sí que tiene mérito y no la fórmula de la Coca-cola.
 Pimientos de Herbón-Padrón:Un bocado con suspense
Publicado el 3 agosto 2014 por Valentin Carrera La Nueva Crónica, 3 de agosto de 2014

Foto: Rubén García Blázquez, blog Eroski consumer

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