Revista Cocina
Las torrijas se pueden hacer de muchas maneras, las clásicas con leche y rebozadas en azúcar y canela, en cada casa se hacen con el toque personal de la cocinera, al igual que pasa con las tortas de chicharrones las torrijas tienen algo que nos gusta a todos.
Ahora estoy pensando en elaborar otras con natillas y una sorpresa, pero de momento os dejo estas para los amantes de la naranja.
Para que queden a vuestro gusto lo mejor es que pongáis en el zumo de naranja la cantidad de azúcar que más os guste.
Una advertencia, estas torrijas son totalmente diferentes de las que se hacen normalmente.
Vamos a necesitar:
700 ml de zumo de naranja recién exprimido4 cucharadas soperas de azúcarLa ralladura de una naranja1 copa de cointreauPan secoHuevosAzúcar para rebozarAceite suave para freír
Mezclamos el zumo de naranja con la ralladura, el Cointreau y el azúcar, movemos hasta que el azúcar esté bien disuelto.
Cortamos en pan en rebanadas, mejor en diagonal para que nos queden más grandes las torrijas, vamos sumergiendo las rebanadas en el zumo hasta que queden bien mojadas, pasamos a una fuente, procedemos de la misma manera hasta que nos quedemos sin zumo.
Ponemos el aceite a calentar, mientras se calienta el aceite vamos batiendo los huevos, mejor empezar por dos y luego si es necesario batimos alguno más.
Pasamos las torrijas por el huevo y las freímos hasta que queden doradas por los dos lados, sacamos a un plato con papel de cocina para que pierdan el exceso de aceite, dejamos enfriar un minuto y luego rebozamos con azúcar. Vamos poniendo las torrijas en una fuente.
Procedemos de la misma forma hasta acabar con todas las torrijas.