Revista Cocina

¿Una decisión justa?

Por Yoroda
  Pues vamos con esta entrada. Debéis saber para empezar que esta entrada tiene destinatarios concretos  y que además está muy meditada, mucho. No se trata de una rabieta ni está escrita desde el calentón del momento.
¿Una decisión justa?
  Como cada año llegaba la hora de preparar la tarta para la fiesta del colegio, pensando pensando, pues llegué a la conclusión de que la idea que me dio mi marido era la mejor. Este año el colegio ha organizado unas jornadas interdisciplinares basadas en la antigua Grecia, y con ese motivo los chicos de Primaria realizaron una representación de La Guerra de Troya, que todo sea dicho, resultó espectacular, salió en los medios locales incluso ocupando alguna primera portada, vamos, todo un éxito.
¿Una decisión justa?
  Qué mejor que representarla en una tarta??? pues ala, La Iliada en tarta, cualquier cosa. Planifica la tarta, modela soldados, barcos, espadas, escudos,..., hornea 13 bizcochos, haz el relleno, monta las tartas (que son 5, como podéis ver), fórralas con fondant, píntalas con aerógrafo, déjalas secar, coloca las figuritas y que no se caigan (de esas he perdido la cuenta, en las fotos veréis que no son ni una ni dos), y termina de colocar todos los detallitos (letras, sangre, hierba,...).
  La llevamos al colegio, quienes hacéis este tipo de tartas sabéis lo que implica el desplazamiento, sufrimiento que casi te sale por los poros de la piel, casi no, que sudas como un pollo en el asador hasta que no la ves colocada en su sitio.
¿Una decisión justa?
  Bueno, pues todo esto porque una piensa que debe colaborar de alguna manera en las actividades del colegio, y siempre siempre, con el mayor cariño posible, buscando algo que impresione a los chicos y cada año intentando que sea más grande que el anterior para que puedan vender más porciones y le saquen más partido.
  Lo de que sea un concurso es algo secundario, pero con todo y con eso, yo, como siempre intento que mis hijos saquen una enseñanza con mi ejemplo, en este caso, es que uno debe poner en todo momento todos sus medios para hacer lo que sea de la mejor manera posible. Por eso me empeño en hacerla un poquito mejor cada vez.
¿Una decisión justa?
  Llega la hora de la deliberación del jurado y sorpresa, gana una tarta con dos bizcochos de chocolate, sin relleno. sin forrar, uno sobre otro, encima, modelados un diploma, un libro y un birrete, así sin más, podéis verla en mi Facebook y en mi Twitter, mejor, os la pongo aquí para que podáis verla (perdonad la calidad, pero está sacada del Twitter del colegio).
¿Una decisión justa?
  La sorpresa os aseguro que no fue sólo nuestra, sino generalizada, después incluso de que la ganadora se luciera bien roneándose al ir a recoger el premio (yo no lo hago desde que mis hijos tienen edad de ir a recogerlo solos, que lo disfruten ellos), los asistentes (muchos, por cierto), aún seguían felicitándome por el primer premio, y cuando les aclarabas la resolución pues era para haber grabado todas y cada una de las caras de perplejidad.
¿Una decisión justa?
  A ver, que si quien se llevó el primer premio lo hubiera merecido más que yo, pues ole por ella, pa quitarse el sombrero, yo nunca he dado por hecho que tenga que ser mío, pero cuando el trabajo que gana es muy mediocre, pues también hay que decirlo, y de todo esto yo saco varias conclusiones.
  La primera es que si el colegio pretende dar tanta importancia a la excelencia académica, premiar un trabajo mediocre a la vista de todos no es la mejor manera de dar ejemplo, sobre todo cuando es algo tan descarado, público y notorio.
¿Una decisión justa?
  La segunda, si la decisión fue tomada como consecuencia de las envidias y los comentarios que vengo escuchando desde hace años, pues ceder a ese tipo de presiones y no ser justo, tampoco es un modelo de comportamiento. Escoger el camino más fácil y que sean envidiosos no es lo que busco que aprendan mis hijos.
¿Una decisión justa?
  Tercera, si en algún momento lo que pretendían es incentivar a otras madres con el concurso tampoco escogieron la mejor manera, porque así hecho lo que hicieron fue despreciar mi trabajo, así lo siento.
  Total, que tanto presumir la dirección del colegio de sus planes de formación en valores, y  resulta que los mandaron a tomar por saco en medio segundo. Y siendo algo tan obvio, porque lo fue, pues no es algo que percibamos sólo en casa, entérense ustedes de que se dio cuenta todo el mundo.
¿Una decisión justa?
  Así que ese dechado de virtudes debo decir que quedó muy en entredicho con su actuación. Porque a todo esto, deben entender que con su decisión los que quedaron mal fueron ustedes, mi trabajo estaba allí, lo vio y lo probó todo el mundo, lo comparó también todo el mundo (en cuanto a presentación y sabor, que quede claro), así que me puedo sentir más que orgullosa de mi trabajo y sobre todo de que mis hijos sepan sin lugar a dudas y sin que yo les haya dicho nada que su actuación fue pésima y nada ejemplar.
¿Una decisión justa?
  También decirles que no sólo mis hijos lo tienen claro, los chicos también, y ustedes son conscientes de ello, aunque yo creo que ya picó demasiado que fueran ellos precisamente los que me nombraran en su discurso de graduación, eso no fue un primer premio, sino que fue el mejor reconocimiento que una pueda recibir, a ver si los niños del curso de esa madre que ha ganado este año también la recuerdan a ella el día que se gradúen y los padres del curso le piden tartas y galletas para los eventos importantes en sus familias como hacen conmigo.
  En fin, me doy perfecta cuenta de que no van a reconocer el error que han cometido, entre otras cosas porque aunque todo el mundo piense que el tongo ha sido muy claro, hoy en día la gente en general es bastante tibia y no suele decir lo que piensa para no señalarse, me lo dicen a mí, pero pocos o ninguno se lo dirán a ustedes, y lo que harán será pasar de puntillas para que no se hable mucho del tema, como suelen hacer habitualmente ustedes en casos como este o parecidos.
¿Una decisión justa?
  Les digo ya que hubiera preferido no llevarme ningún premio, entre otras cosas, porque se lo digo ya, sobre todo para quienes ganen el año que viene, carecía de sentido de buen gusto, tanto es así que mi marido se lo ha llevado a su trabajo porque a mis hijos les horroriza (y a mí, aunque no les haya dicho nada a ellos), vamos, que les daba grima.
  En cuanto a si voy a presentarme el año que viene o no, pues ya tengo mi decisión tomada al respecto, ya se enterarán llegado el momento, y muy probablemente no les gustará, pero si ustedes tienen derecho a tomar la suya, yo tengo derecho a tomar la mía, ¿no creen ustedes?
¿Una decisión justa?
  ¿Qué espero con esta entrada? Nada, absolutamente nada, incluso habrá quien me critique y que diga que tengo muy mal perder. Pero si algo me han enseñado los años es que ser tibio, o callarse lo que uno piensa no sirve absolutamente para nada, sólo para que te tomen por idiota, así que visto lo visto digo lo que tengo que decir y me quedo tan a gusto.
  He observado durante años como mi tarta ganaba y en la web del colegio no aparecía ningún año ni una mísera foto, es más, hubo un concurso de postres de chicos en el colegio y habiendo ganado mi hijo presentando un vídeo bastante bueno para su edad, pusieron el de otro, que lo que daba a entender es que su postre había sido el ganador, que eso sí que me dolió, porque en este caso se trataba de mi hijo, no de mí. Y con todo y con eso preferí no intervenir porque está en una edad muy complicada y no quise que pasara vergüenza sacando su nombre a relucir. Pero llegados a este punto lo suelto todo y como dice el refrán: "Más vale una vez colorá que un ciento amarilla".
¿Una decisión justa?
  Señores del colegio El Romeral de Málaga:"Lo han hecho mal y lo saben".
¿Una decisión justa?

Volver a la Portada de Logo Paperblog