Revista Cocina

Una explicación naturalista del especismo

Por Luistovar

Una explicación naturalista del especismo
«Hay que conocer a fondo el mal para poderlo combatir» ~Cardenal Mazarino

Desde niños nos enseñan que el resto de los animales son seres inferiores que existen como meros recursos para nuestro beneficio. Esta adoctrinación moldea nuestra visión del mundo. Sin embargo, la idea de que los prejuicios especistas sólo tienen que ver con la cultura y la educación, y muy poco o nada que ver con la biología, podría ser equivocada.
A pesar de reconozco el decisivo papel que tienen la educación y el contexto social a la hora de perpetuar la mentalidad especista; sin embargo, no creo, ni he creído nunca, que el especismo sea un prejuicio de origen puramente cultural. Considero que podría haber una cierta tendencia natural o biológica detrás de este comportamiento.

Pienso que lo mismo serviría para explicar (pero no para justificar) el racismo y el sexismo. O la homofobia. De hecho, no creo que haya ningún fenómeno ideológico o cultural que exista sin alguna base biológica. Lo contrario sería asumir irracionalmente que las cosas surgen de la nada. Pero de la nada no puede surgir nada.Las ideologías nunca surgen del vacío sino que tienen siempre un fundamento previo que no depende del pensamiento.

Por supuesto que nuestra mentalidad se configura a partir de la educación y el ambiente en el que crecemos y vivimos. Sin embargo, eso sólo explica cómo se inculcan las ideas pero no explicaría cómo surgen originariamente. Explicar esto último es acerca de lo que trata este ensayo.

En lugar de dictaminar con cierta tosquedad apelando a la maldad, a la estupidez o a la simple ignorancia; comprenderemos mejor los problemas que están ocurriendo si los estudiamos de forma imparcial y objetiva. Y de este modo podremos afrontarlos y solucionarlos de manera más efectiva.Las evidencias científicas muestran que parece haber cierta tendencia biológica a favorecer a quienes son más semejantes que nosotros, y que está presente en el comportamiento instintivo de muchos animales. Este rasgo innato explicaría en parte la facilidad con la que los prejuicios grupalistas (sexismo, racismo, especismo) han predominado a lo largo de la historia. La tendencia de la que hablamos sería la misma para todos los casos, pero se manifestaría en diversas formas y modos.

Dado lo extendido y arraigado que siempre ha estado el especismo entre la humanidad, una explicación biológica ayudaría a comprender la causa de esta situación. La explicación se basaría en el hecho de que tenemos una preferencia por aquellos individuos que se parecen genéticamente más a nosotros dada la ventaja evolutiva que ello supone.


Bajo esta perspectiva, así como tendemos a considerar a un familiar antes que un desconocido, o a un paisano antes que a un extranjero, igualmente es comprensible que tengamos una disposición a considerar a los humanos antes que al resto de animales por cierta simpatía de semejanza.

De hecho, incluso entre animalistas (incluso entre veganos) parecen inevitablemente surgir estas tendencias, pues parece que no es inusual que se considere más a los mamíferos, y especialmente primates, que a los peces o los insectos. De ahí que comprobemos fácilmente que las campañas animalistas estén casi siempre centradas en aquéllos.

Por tanto, bien podemos explicar el origen del especismo apelando a cierta tendencia biológica. Aunque es importante tener en cuenta siempre que los individuos no somos clones ni productos de fábrica y que cada uno es diferente y hay diversos grados en una tendencia que es meramente general.

Antes de que nos dejemos llevar por la tentación de caer en la falacia naturalista, es necesario aclarar que, incluso suponiendo que el especismo tuviera una causa natural (entre otras causas), de esto no se sigue que debamos ser especistas o que está bien que seamos especistas.

Suponiendo que las explicaciones biológicas del especismo sean creíbles, ¿qué dice ello de la posibilidad de superar el especismo

Si existen, siempre han existido y parece que siempre existirán conflictos grupales entre humanos motivados por instintos discriminatorios (racismo, sexismo, nacionalismo) ¿por qué no se puede decir lo mismo, con mayor razón, de nuestra desconsideración hacia otros animales?

Si nuestra desconsideración moral hacia los no-humanos fuera algo meramente adquirido entonces la solución a este problema no da lugar a controversia, pues lo adquirido se puede eliminar de la misma manera. Ahora bien, si el especismo es un prejuicio que tiene su fundamento también en nuestra biología entonces debemos tenerlo en cuenta y no verlo solamente como un constructo cultural.


Estoy de acuerdo con la tesis de Steven Pinker acerca de que la noción de la "tabla rasa" es falsa. No surgimos como hojas en blanco sino nacemos con una naturaleza básica inherente. Como también estoy de acuerdo en que el papel que juega el ambiente y la cultura son importantísimos. Todos estos factores (naturaleza; ambiente; cultura) intervienen en lo que somos. Incluso esos mismos factores influyen entre ellos. Se trata de una vía de dos direcciones. Si bien la biología influye decididamente en la cultura, ésta a su vez puede influir en la biología.

El ambiente moldea parte de nuestra biología, es cierto; pero, debemos comprender que, en tanto que no somos una tabla rasa, no somos infinitamente moldeables. Hay ciertos limites que debemos asumir.Pero en lugar de cometer el error maniqueo de cambiar el mito de la "tabla rasa" por el mito de la "tabla determinata", deberíamos forjar una nueva visión que equilibre de forma inteligente todos los elementos implicados, que se acerca más a la realidad y nos permita afrontar el progreso moral con mayor éxito.

Aunque fuera efectivamente cierto que existe una cierta predisposición biológica a la discriminación especista esto no quiere decir que dicha predisposición sea un destino. Una predisposición no es una determinación. El ambiente y la educación que recibimos moldea nuestra base biológica. 

Creo que el problema está en cómo interpretamos la presencia de esa tendencia a la afinidad con los semejantes. A mi modo de ver, nos equivocamos si equiparamos una tendencia como una determinación. No son lo mismo. Que pudiera haber una tendencia no significa que estemos obligados a que esa tendencia determine nuestra forma de pensar y de actuar.

¿Nos sentimos más identificados con quienes nos son más cercanos genéticamente? Quizás, en cierto modo, en ciertas ocasiones, no siempre. Si aquello fuera una tendencia determinista entraría en contradicción con el hecho de que podemos comprobar que surgen amores, amistades o consideración entre individuos de diferente raza o especie. ¿Acaso no hay humanos que se preocupan por ciertos no-humanos y dedican su vida a ellos?

Tenemos más preocupación personal por nuestros allegados (amigos, familiares, compañeros). Los hechos lo indican claramente. Pero hay niveles de consideración. La consideración moral básica e igualitaria (que se refiere a todos los seres sintientes) no parece incompatible con el ámbito privado. El hecho de que yo me preocupe más por mi familia nunca lo he visto ni comprobado como una objeción o dificultad para respetar a los demás seres sintientes como personas. Soy vegano y, al mismo tiempo, me preocupo por mi familia. ¿Dónde estaría el problema? No hay conflicto, a mi modo de ver.No veo por qué razón el especismo es diferente del resto de prejuicios. Si podemos superar el racismo, el sexismo, la homofobia ¿por qué no vamos a poder superar el especismo? 

Por ejemplo, yo reconozco que reacciono con cierta aversión hacia el aspecto de algunos reptiles o insectos, ¿sería esto el especismo biológico del que hablamos? Hace años no dudaría en matarlos, sin que eso me provocara remordimiento alguno. Así lo hice cuando era más joven. Sólo ahora es cuando me doy cuenta del injusto e innecesario daño que he cometido. Ahora esa aversión persiste en cierto grado pero es algo que puedo perfectamente controlar. Esto no me induce a discriminarlos moralmente. Lo asumo como algo de naturaleza estética que no tiene que influir en nuestras actitudes morales. De la misma manera que me puede provocar aversión estética el peinado o la ropa que lleven algunos humanos y no por ello pienso que esté bien agredirlos o discriminarlos injustamente.

Una tendencia nunca equivale a una inevitabilidad.En la obra de Konrad Lorenz se postula que todos los animales por lo general tenemos un instinto de agresión, una predisposición agresiva. Pero aunque esa tendencia es inherente, sin embargo no es unívoca. Se puede dirigir tanto a la guerra (y otras formas de violencia) como hacia actividades civilizadas y constructivas como son el arte, el deporte y la cultura en general. Pensemos en el heavy metal, en las artes marciales y en los juegos de consola.Por todo ello, no debemos caer en el pesismismo. El pesimismo de creer que no podemos dejar de ser especistas o que nunca podremos conseguir que la sociedad deje de ser especista. Esta actitud no es razonable.

El pesimismo no lo considero una postura razonable puesto que no me parece justificado. Es decir, si lo que pretendemos es que el especismo desaparezca en la nada absoluta, esto sería imposible. Alguien que pretenda tal cosa es consecuente que se abisme en el pesimismo. Pero es una postura absurda. Es como deprimirse porque nunca podremos ser inmortales. Lo que sí podemos conseguir es vivir existencias más largas que las de nuestros antepasados, más acordes con la ética, y razonablemente felices. Nuestra actitud ante los retos de la vida depende en gran medida de la visión y el objetivo que nos marquemos previamente.Si en efecto se trata de una tendencia que aparece de forma inherente (en diversos grados) nunca podremos erradicar el especismo hasta hacerlo desaparecer, pero eso no quiere decir que educando a la gente no podamos evitar que haya muchísima menos personas especistas de las que habría sin esa educación igualitaria ¿cierto? Veamos el caso del sexismo. La práctica del sexismo puede ser:
1) algo predominante y sistemático asentado en la mentalidad predominante y en la propia estructura de la sociedad; 

ó
2) puede ser algo más bien marginal y excepcional; algo que sucede ocasionalmente pero que es rechazado por la mayoría de la sociedad.
Creo que podemos comprobar que hay una abismal diferencia entre ambas situaciones. Según lo veo yo, el especismo puede ser afrontado de forma similar. Que el especismo no es una tendencia determinista está claro, pues millones de personas veganas lo demuestran cada día mediante sus ideas y acciones.

En conclusión, plantear el problema del especismo desde un punto de vista naturalista no sirve para justificarlo ni tampoco para despreciar la explicación cultural. La explicación naturalista sirve para complementar la explicación cultural. Sirve para comprender el por qué ocurre lo que ocurre. Y sirve para que nos planteemos la posibilidad de que un simple cambio de mentalidad puede no ser suficiente para eliminarlo y que debemos estar vigilantes ante la posibilidad de que esta tendencia inherente se manifieste en cualquier momento y forma.
Ser conscientes de que la semilla del especismo está dentro de nosotros es un conocimiento que nos ayudará a evitar que surja y nos domine. Sólo así lo podremos entender y controlar y conseguir que no rija nuestra vida, tal y como está ocurriendo actualmente.

Por todo ello, si bien el especismo (al igual que el racismo u otros prejuicios) tal vez nunca pudiera ser completamente erradicado del todo, sí que puede ser reducido y anulado en una gran medida y creo que vale la pena que nos esforcemos para conseguirlo.

«La biología nos hace agresivos, pero es la cultura la que nos hace pacíficos o violentos Manuel Garrido Lora

Volver a la Portada de Logo Paperblog