Revista Cocina
Como el de la mantequilla de toda la vida. Las versiones ligeras todavía no han conseguido suplir al inigualable sabor de la mantequilla tradicional, cremosa, densa, con un puntito de sal y servida del tiempo. Copie a los franceses, que de esto saben mucho, y disponga un poco con pan para abrir boca antes de comer con un buen vaso de vino tinto.