Revista Cocina
Come platos saludables, elaborados delicadamente.Guárdate de la comida podrida y de la que no esté correctamente preparada.Nunca comas entre comidas, procura que los platos guarden la debida proporción y que las salsas armonicen.Confucio (Kung Fu-Tse) Pensador chino (Lu, actual Shantung, China, h. 551-479 a. C.)
Existe una leyenda o quién sabe si realidad que dice que en China todo lo que anda, nada, corre o vuela va a la cazuela. Y lo que no, también.
Lo que sí que no hay que dejar de reconocer que la variedad de alimentos en Oriente, ya sea China, Corea, Thailandia, Japón e incluso en toda Indonesia es infinita; productos que usan como ingredientes en sus recetas, que en Occidente pueden “herir” la sensibilidad.
Aunque la gran mayoría de los alimentos utilizados, sobre todo en la comida china, por no decir casi todos son comunes, usados y conocidos mundialmente; si lo piensan detenidamente no son tan raros ni tan complejos, incluida la técnica a la hora de realizar sus platos, que en su gran mayoría están pensados para satisfacer los sentidos.
En la cocina oriental se concede igual importancia al color, al aroma y al sabor de los platos.
Todo ello lo he podido apreciar personalmente a lo largo de mi vida, no sólo en mis viajes a Oriente (China, Japón, India y Thailandia, son los países que he visitado, algunos de ellos en más de una ocasión), también visitando restaurantes donde he disfrutado de la gastronomía milenaria, sino que poco a poco Mi cocina se ha ido haciendo con una serie de libros no sólo de recetas e historia de la gastronomía, también de volúmenes maravillosos que describen ingredientes, técnicas e historia de la cocina oriental.
Entre ellos: Culinaria Sudeste Asiático de HF.Ullmann. De allí, la receta de hoy, una exquisita sopa de pasta, a la que una vez más le he dado mis “toques” personales.
Hoy en día se puede encontrar en cualquier gran superficie la pasta oriental, de arroz (Mi fen), de trigo (Gan mian, sheng mian, yi mian…), de soja….Cabe destacar que la pasta hecha a mano, fresca, no es frecuente en la cocina oriental, salvo en ocasiones muy señaladas, ya que todas las variedades manufacturadas son de una calidad excelente, así que úsenla, descubrirán un “nuevo mundo” sobre la pasta.
Desde Mi cocina, que ante todo es muy malagueña y que en muchas ocasiones se vuelve oriental, les animo a probarla y disfrutarla, así que…..prepárense y tengan en cuenta estos detalles:
La pueden tomar en cualquier momento del día, como desayuno incluso. Se sirve en tazón y no se suele comer al principio de una comida, como plato principal, sino al revés, lo último. Se come con palillos, acompañados de una cuchara de mango corto de cerámica y con fondo plano. Cojan el tazón con la mano contraria a los palillos, no lleven los palillos hacia la boca, sino que por el contrario tienen que acercar la cabeza al cuenco. Deben sorber la sopa haciendo ruido, es lo cortés y educado, algo que en Occidente nos horroriza…. Si terminan, que lo harán con toda la sopa, no hinquen los palillos en la comida, ni los dejen dentro del tazón; lo correcto es depositarlos al lado, sobre el mantel.
Así que, cierren los ojos, aspiren el aroma, prueben el riquísimo sabor y viajen una vez más con Mi cocina a Oriente, concretamente a China.
¿Cómo la hice?
Ingredientes para éste cuenco: Basándome en la receta del libro, aproveché éste lomo asado (en vez de hacer un caldo con costillas y paletilla de cerdo) y usé como base un caldo de puchero (pueden ver la receta en el buscador del blog) preparado con pollo de corral.
Cinco o seis gambas, un trozo de cebolla blanca dulce, dos dientes de ajo, (la receta original pedía pimienta negra, como usé el lomo con costra de pimienta negra, no la puse), tres cucharadas de aceite de oliva, una cucharada sopera de salsa de soja (oscura), una cucharadita pequeña de azúcar moreno, dos o tres trozos de guindilla (cortada en aros, la pueden sustituir por pimiento baby rojo dulce).
Los pasos a seguir:
Cortar filetes del lomo y reservar. Escaldar los fideos en agua hirviendo (siguiendo las instrucciones del fabricante). Mientras: Cortar la cebolla en trozos alargados y freírlas en aceite de oliva, que estén doraditas, escurrirlas y reservarlas igualmente. Pelar las gambas dejándoles la piel de la cola y picar los ajos en trozos pequeños. En una sartén echar aceite de oliva y sofreír las gambas, apartar y reservar. En el mismo aceite saltear los ajos junto con las cabezas y la piel de las gambas, con cuidado de que no se quemen. Poner en una cacerolita el caldo de pollo y agregar el ajo, la piel y las cabezas de las gambas junto con el aceite y llevar a ebullición. Agregar la salsa de soja y el azúcar, dejando cocer durante cinco minutos. Colar el caldo y reservar caliente.
Escurrir los fideos y colocarlos en el cuenco, añadir la carne de cerdo troceada, las gambas, la cebolla y los aros de guindilla y rellenar con el caldo muy caliente.
¡¡ Buen provecho !!