Revista Cocina
Soy una persona que tiene unas altas expectativas para todo, especialmente con las cosas que me importan y deseo que salgan bien. Normalmente, rara vez esas expectativas se cumplen y acabo arrepintiéndome de no haber hecho tal o cuál cosa. Concretamente, siempre he tenido grandes planes para mis inviernos. Quería ir a esquiar, quería volver a usar mi trineo, quería hacer cosas tan simples como tomarme un té junto a una chimenea... Sobra decir que no lo conseguí.
Hasta ahora. Este ha sido uno de los mejores inviernos que he vivido. Y no puedo decir que haya sido por una cosa en especial, sino por un conjunto de circunstancias. No solo he cumplido algunos de los deseos de mi lista (irme de viaje a los Pirineos, esquiar, usar mi trineo), sino que me divertido y me he sentido muy a gusto con las personas que me rodean.
Parece mentira, pero, ahora que está a punto de llegar la primavera, he echado la vista atrás y me he dado cuenta de que en este invierno han pasado muchas cosas que han cambiado mi vida. En todos los ámbitos. Hace poco, volvió a nevar en Salamanca y eso me hizo sentir muy feliz porque me encanta la nieve y hacía muchísimos años que no nevaba. Sacamos el trineo para divertirnos esa tarde y, cuando volvíamos a casa en coche, comencé a pensar en lo maravilloso que había sido este invierno.
Mis amigos y yo hemos disfrutado muchísimo con las cosas que hemos hecho. Sí, nos han pasado cosas malas, como a todos, pero hemos reído y nos hemos regalado nuestro tiempo los unos a los otros. Con mi novio, Manuel, he vivido momentos increíbles y he hecho cosas que pensé que no iba a hacer. Y lo mejor de todo es que me siento muy cómoda a su lado.
En mi trabajo he tenido altibajos, pero me he dado cuenta de que eso me está haciendo crecer mucho como persona, descubrirme a mí misma y aprender. Y, lo más importante, me está abriendo los ojos en cuanto a lo que sé que quiero hacer en el futuro, y creo que eso es muy importante porque, hasta ahora, me he sentido muy perdida.
No sé si es por la edad o es que algo en mi cabeza ha hecho click, pero últimamente siento que todo está empezando a encajar. Las amistades que he ido manteniendo, las relaciones que he forjado, todo lo que he trabajo, parece que me lleva en una dirección. No sé si buena o mala, pero eso ya lo descubriré más adelante.
Sabes que todo va bien cuando algo tan simple como salir a tirarte con un trineo en el parque te hace sentirte la mujer más feliz y afortunada del mundo por poder disfrutar de todo lo que te rodea. Incluso aunque te caigas y te estrelles contra un arbusto mientras tus amigos te están grabando (sí, eso sucedió).
Ahora creo que es el momento en que le decimos adiós a la nieve definitivamente y, por primera vez en mucho tiempo, no siento que me quede nada por hacer. Estoy deseando que llegue la primavera y tengo la sensación de que también va a ser una buena época. ¡No puedo esperar para ver flores por todas partes!
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Fotos hechas por Manuel Laya y Álex Lorrys