¡Hola Geeks!
Hoy vamos a hacer un postre que ya es geek por si mismo, no le hace falta decoración.
¿Quien de vosotros cuando era pequeño y veía Doraemon (los que lo vierais), no deseaba comerse un Dorayaki?
Yo, había tardes que hubiera matado al mismísimo Doremon por arrebatarle uno de las manos jajajaja; es que el tío se ponía las botas y se los comía con unas ganas que no era normales. ¿O no?
Bueno, pues se acabó soñar que merendamos Dorayakis, o comprar los Bollycaos Dokyo, os voy a dar la auténtica receta para que los hagáis en casa.
Ingredientes originales:
- 100 gr de harina
- 1 huevo
- 20 gr de azúcar
- 10 gr de miel (mezclar con una cucharadita de azúcar)
- Media cucharadita de bicarbonato sódico (mezclar con media cucharadita de agua)
- 60 ml de agua
- 10 gr de mirin
- 180 gr de anko (para el relleno) / Sustituido por chocolate
Estos son los ingredientes originales, el mirin es una clase de vino de arroz similar al sake, si no lo encontráis lo podéis sustituir por un poco de sake con azúcar. Yo no he puesto porque no suelo cocinar ni comer comida japonesa y para 10 gr pasaba de comprar nada. El anko, es el relleno, es una pasta de judías dulces o pasta de judías rojas, si no lo encontráis por Internet hay muchas recetas para hacerlo. Yo lo he sustituido por chocolate. Aproximadamente la receta es para unos ocho dorayakis.
Bueno, hechas las aclaraciones, nos ponemos a ello.
Diluimos el bicarbonato en un poco de agua.
Batimos bien el huevo con el azúcar hasta que la crema quede espumosa y de un color más blanco (blanquear) . Cuando ya lo tenemos, le añadimos el bicarbonato, la miel, el agua y el mirin (si le vais a poner). Una vez que lo hemos mezclado todo bien, hay que añadir poco a poco la harina tamizada y lo volvemos a mezclar bien para que no tenga ningún grumo. Al finalizar este paso, hay que dejar que la crema resultante repose 30 minutos.
Calentamos la plancha o la sartén donde los vamos a hacer y la untamos con un poco de aceite para que no se nos peguen.
Con una cuchara, vamos poniendo porciones y le damos una forma redondeada, el momento de darle la vuelta es cuando veamos que empiezan a burbujear. El truco para que salgan perfectos es ir cantando la melodía de la serie, por lo menos a mí me funcionó
Tras hacerlos hay que recubrirlos con film mientras enfrían para que no se resequen.
Una vez que tenemos las dos caras doradas, solo nos queda rellenar con lo que hayamos elegido y ¡¡a disfrutar!!
Con esta receta y un capítulo de Doraemon ahora podréis merendar con él y como él.