La receta que os traigo (sacada de este libro) la he hecho varias veces y siempre salen perfectos. Los muffins se comen abiertos por la mitad y tostados (esto es importante), solos con mantequilla o con mantequilla y mermelada. También se utilizan para hacer sándwiches (sobre todo en Estados Unidos) o se comen con huevo y jamón, o como base de unos eggs benedict. Son perfectos para un buen desayuno, brunch o para un almuerzo ligero.
¡Espero que os guste la receta! ¿Los habéis probado?
¡Feliz fin de semana!
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Ingredientes (para unos 9 muffins)
450 g de harina de trigo
1.5 cucharaditas de sal
350 ml de leche tibia
1/2 cucharadita de azúcar blanco
15 g de levadura fresca (como la que venden en cubitos en el súper)
1 cucharada de mantequilla derretida
semolina para espolvorear por encima
Preparación
1. Mezclar la harina y la sal en un cuenco grande y hacer un hoyo en el centro.
2. Mezclar bien 150 ml de la leche tibia, el azúcar y la levadura. Echar el resto de la leche y la mantequilla.
3. Añadir la mezcla de levadura a la harina y mezclar durante 4 o 5 minutos hasta que se vuelva suave y elástica. La masa estará blanda pero mantendrá la forma. Cubrir con plástico untado ligeramente de aceite y dejar que suba en un lugar cálido, de 45 a 60 minutos, o hasta que duplique su tamaño.
4. Echar la masa sobre una superficie enharinada y golpear para quitarle el aire. Estirar hasta que tenga aproximadamente 1 cm de grosor. Con un cortador enharinado (o un vaso, lata o similar) de unos 7.5 cm de diámetro, cortar los muffins.
4. Echar semolina por encima y ponerlos sobre una bandeja de hornear enharinada. Dejarlos reposar en un lugar cálido de 20 a 30 minutos.
5. Calentar la sartén a fuego medio. Cuando esté caliente, meter con cuidado los muffins. Cocer a fuego suave unos 7 minutos por cada lado, o hasta que estén dorados (esto es bastante exacto, no hace falta darles la vuelta varias veces). Poner en una rejilla a enfriar, ¡y ya están listos!
