Hoy toca hablar del agua, a veces olvidada o desvalorada por muchos (cuántos dejamos el chorro correr), pero muy importante para nuestro cuerpo y nuestro planeta.
En condiciones normales, en una persona adulta, las pérdidas de agua son de 1,5 litros por la orina, 100 ml con las heces y más de 1 litro por la evaporación, respiración y transpiración, aumentando si estamos en verano y con el ejercicio físico. Más o menos diariamente eliminamos unos 2,5 litros de agua y tenemos que reponerla.
No toda el agua que se repone tiene que venir del agua bebida, buena parte se obtiene de los alimentos que ingerimos, más o menos un litro.
Si nuestra alimentación incluye cereales integrales, verduras y frutas de temporada, pescados, caldos en invierno y ensaladas en verano, y no se tiene sed, vamos por buen camino de ingerir la cantidad recomendada de agua.
Existe el mito de que bebiendo agua se adelgaza o de que hay que beber 2,5 litros o más diarios, pero ésto no es del todo cierto, ya que hay personas que sus riñones no trabajan bien y entonces la acumulan, por lo que en estos casos, sería mejor rebajar la cantidad de sal y las comidas concentradas (proteínas animales) que ingerir grandes cantidades de agua. Llevamos ya años viendo cómo mucha gente está enganchada y encharcada al agua embotellada e ingiere grandes cantidades, pero ¿qué agua estamos bebiendo? Está claro que estas aguas minerales que compramos en los supermercados no son agua de manantial y muchas de ellas están adulteradas químicamente para que salgan como el fabricante quiere. Hoy en día es muy difícil encontrar agua de calidad a no ser que vivamos al lado de la montaña cerca de un manantial en plena naturaleza. También decir que el agua que sale de nuestros grifos está llena de nitratos, excesivo flúor y cloro, lo que perjudica a nuestros riñones (entre otros órganos) y a nuestra piel (problemas alérgicos). ¿Quién no recuerda en su infancia beber agua de la fuente del parque o de la plaza? Hoy cosa impensable de hacer.
Centenares de sustancias tóxicas invisibles salen del grifo de nuestra casa.
Por tanto, el agua del grifo, es agua tratada con una gran cantidad de contaminantes. El cloro es un agente oxidante muy potente que destruye la vitamina E, altera la flora intestinal y es un factor de riesgo en el cáncer (al igual que los nitratos). Beber aguas duras, es decir, cálcicas, con los años contribuye a la formación de endurecimientos articulares, arteriales y renales. En el agua supuestamente potable hay más de 260 sustancias (plomo de las cañerías, asbesto, arsénico, cadmio, trihalometanos, nitratos, atrazina, plaguicidas…), más de la mitad sin regular como las de las decenas de medicamentos que son excretados por las personas y los animales y que no son eliminadas con la tecnología actual de las depuradoras.
La mejor agua es aquella que contiene menos electrolitos disueltos, menos contaminantes, menos desinfectantes añadidos y menos microorganismos. Y no sirve de nada, sino que se agrava el problema si hervimos el agua ya que aumenta la concentración de nitratos. Pero, ¿dónde podemos encontrar este tipo de agua? Amigos míos, ni yo misma lo sé. Cada día es más difícil y con los años el agua valdrá su peso en oro. Un gran negocio que ya está haciendo furor en los restaurantes de alto standing y tiendas gourmet vendiendo aguas embotelladas de lugares de lo más exócticos y a precios inimaginables.
Y ahora me quieren hacer creer que estas jarritas filtran mi agua dejándola cristalina...
Hoy en dia, casi todos bebemos agua embotellada, por lo que recomiendo que os fijéis en su composición (algunas muchos años sin volver a analizar) y elijáis la que menos sodio tenga, menos residuo seco y sean poco mineralizadas, intentando variar de marca cada cierto tiempo. Otra opción sería poner un filtro en casa para eliminar los contaminantes, como el filtro cerámico, es el más económico y elimina contaminantes y bacterias. Es un simple cubo con una pieza de cerámica porosa elaborada artesanalmente con arcilla, serrín y plata coloidal. Aunque, se dice, que el mejor es el filtro de ósmosis inversa que elimina casi todos los residuos orgánicos e inorgánicos, pero su precio es excesivo y al filtrar se pierde mucha agua. Las desalinizadoras, como la de Gádor en Almería y otras en la costa mediterránea y en las islas Canarias, funcionan con ósmosis y proporcionan agua de calidad muy superior a la media. Se me olvida hacer mención del nuevo negocio de jarritas que filtran nuestra agua. ¿Quieren hacerme creer que estas jarras dejarán mi agua totalmente cristalina? Cristalina no sé pero nos dejamos una ‘pasta’ en los recambios, todo muy natural.
Lo ideal sería empezar el día con un vaso de agua, a temperatura corporal, bebiéndola despacio, a sorbos. Ésto ayuda a la limpieza que ha llevado a cabo nuestro hígado por la noche cuando dormimos.
Una pregunta que me hacen muchas veces en mis sesiones, es si se puede beber comiendo. Según mi experiencia, es mejor consumirla lejos de las comidas, una media hora antes de comer y una hora y media después, para no diluir los jugos gástricos segregados que nos ayudan a una correcta masticación y digestión. Pero poca agua en las comidas puede hacerlos infecaces, así que la solución sería introducir verduras o alimentos ricos en agua en todas nuestras comidas.
No quiero acabar sin hacer mención a las bebidas gaseosas refrescantes y que supuestamente quitan la sed. Por todos ya es sabido (lo cuento por si alguien aún no se ha enterado) que el agua que utilizan para hacer estos refrescos o es agua no potable químicamente tratada o agua ‘robada’ de los países del Tercer Mundo. Hay que decir que sal tomarlas muy frías insensibilizan las papilas gustativas y hacen creer a los locos por los refrescos que apagan la sed, pero la cantidad de azúcar que hay en cada lata o botella crean una necesidad de más agua, y así continuamos bebiendo con avidez y con ganas de más. Un truco muy efectivo para las compañías de bebidas estimulantes, como las colas. Podemos hacer la prueba bebiendo unos tragos a temperatura ambiente y nos revelarán su verdadero sabor y naturaleza: puro azúcar blanco y asquerosa. Con los zumos concentrados y pasteurizados pasa lo mismo.
Lo ideal sería hacernos nuestros propios zumos, ya que con el azúcar que lleva la fruta es más que suficiente para saciar nuestra sed y activarnos si estamos cansados.
Disfruta del agua, disfruta de los zumos naturales caseros y sé consciente de que el agua es un recurso que nos ofrece la Madre Naturaleza y la estamos contaminando y derrochando día a día.
Respetemos el medio ambiente y al agua, todo surgió gracias a ella y tenemos que estarle agradecidos.
Salud y Buena Agua Natural.
Yo Isasi
www.nutricionencasa.com