Hoy queremos compartir con vosotros nuestra experiencia en este local del centro de Madrid (Calle Santa Teresa 1), La Sanducherie, especializado en sanduches (sándwiches de origen venezolano) con un toque gourmet.
Llevan muy poco tiempo abiertos, unos dos meses aproximadamente, pero se ha dado a conocer muy rápidamente y se está convirtiendo en uno de los locales de moda de la capital.
El local es pequeño pero con una decoración muy acogedora, con diferentes tipos de mesas y una pequeña barra.
Tienen una amplia carta con sanduches y algunos aperitivos, ensaladas y postres que podéis ver en este enlace. Como veis, los precios no son nada altos, teniendo en cuenta que las raciones que ponen, sobretodo en los sanduches, son bastante generosas.
Primero pedimos para compartir unos tequeños, que son unos palitos rellenos de queso típicos de Venezuela. Son bastante parecidos a los fingers de queso que estamos acostumbrados a comer aquí pero en vez de rebozados tienen alrededor masa horneada. Nos gustaron muchísimo, la masa es muy suave y crujiente, y vienen acompañados de salsa tártara.Tequeños
Después compartimos dos sanduches, pedimos el "Cubano mi hermano", con carne de cerdo desmechada con pavo, mostaza, pepinillos y pan de chapata. El otro que pedimos fue el de "Pollo Thai", con muslos de pollo marinados al estilo Thai con salsa rosa, lechuga, cilantro, hierbabuena y pan de chapata.
Sanduche El Cubano mi hermano
Sanduche Pollo Thai
La verdad es que nos gustaron los dos muchísimo, la mezcla de sabores nos pareció súper acertada y estamos deseando probar otros diferentes para ver si están igual de buenos. Todos los sanduches además, vienen acompañados de patatas fritas caseras trufadas y mayonesa, y de verdad os aseguramos que sabían a trufa, que ya hemos tenido alguna mala experiencia en este sentido en otros sitios.
Por último, pedimos una porción de tarta de nueces, os lo recomendamos sin duda si vais, estaba muy suave, jugosa y riquísima.
Tarta de nueces
En resumen, nuestra experiencia en este nuevo gastrobar fue muy buena, el trato con el personal que nos atendió fue genial, además tuvimos ocasión de hablar un rato con ellos ya que llegamos muy pronto y no había aún nadie en el local. Eso sí, en una hora se llenó por completo, así que te recomendamos que reserves para evitar tener que esperar a que una mesa se quede libre.
Bon appétit!