Por precio, su versatilidad en la cocina, y su sabor es uno de los alimentos que no faltan en ninguna cocina del mundo. Si eres aficionado a la cocina mediterránea lo consumirás habitualmente, el tomate es uno de sus ingredientes estrellas. Redondo, en rama, “cherry”, kumato, todos con grandes propiedades nutritivas. Al contrario de lo que sucede con otras verduras, al ser cocinado sus propiedades antioxidantes aumentan.
A la hora de comprar tomates elige las piezas con la piel más lisa, sin manchas, con la piel brillante, que no estén blandos y no tengan golpes. Ten en cuenta que los tomates siguen madurando, si vas a tardar unos días en consumirles busca los que no estén demasiado maduros, o se estropearan en casa. Lávalos bien antes de consumir, si vas a preparar salsas es mejor utilizar tomates maduros y sin piel. Para quitar la piel de los tomates haz un corte en forma de cruz en su base y sumerge en agua hirviendo hasta que comience a levantarse la piel, saca el tomate del agua y deja enfriar. Cuando este frío la piel saldrá sin problemas. Si quieres corregir el punto de acidez, añade una cucharadita de azúcar al tomate.Propiedades:
- Numerosos estudios han demostrado que el licopeno, uno de los principales componentes el tomate y el que le da su color rojo, es un gran antioxidante y reduce el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, como el de próstata.
- Reduce el colesterol.
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Reduce el riesgo de sufrir un infarto.
- Es diurético, ayudando a eliminar toxinas y el ácido úrico.
- Fuente de potasio, fósforo, magnesio, hierro, calcio, vitaminas B1, B2, B5, E, K y sobre todo, C y A.
- Apenas contiene grasas.
- Combate y evita las infecciones.
- Ayuda a conservar la salud de los ojos
- Previene la hipertensión.
- Contrarresta el efecto del tabaco.
- Ayuda a combatir el estreñimiento.
- Mantiene nuestros huesos, dientes, pelo y piel sanos.
- Previene y disuelve los cálculo biliares.