Revista Cocina

Nota al Lic. Abel Furlán en Ecuador

Por Altosdelvino
“Ahora no solamente hablaremos de Paradoja, Bruma o Travesía, sino de Cautivo, el nuevo llegado, pues la historia recién empieza. La madera de las barricas francesas permite vinos suaves, redondos con toques de vainilla”.Hace unos años me llegó una botella de un tinto llamado Paradoja, mezcla de Cabernet Sauvignon y Malbec; sin fijarme en su procedencia, la guardé en mi bodega. Poco después la abrí sin expectativa, pero los aromas me pusieron en alerta, sentí que algo estaba ocurriendo. Leí la etiqueta, me quedé pasmado: los viñedos pertenecían a la provincia del Guayas.Sembrar unas viñas en San Miguel del Morro, camino a Playas, constituía un paradójico desafío, una hermosa locura. Escribí mi crónica, nadie pareció prestarme atención. Visité los viñedos en San Antonio, probé las uvas de Malbec, Cabernet Sauvignon, hasta de Chardonnay pensando: “No puede ser; ahora pretenden hacer un vino blanco”.A partir de ahí todo anduvo rápido, nació el nuevo tinto Paradoja, el Chardonnay Enigma ganó medallas de oro y plata. Noventa catadores y especialistas reunidos en Argentina coincidieron en premiar a Dos Hemisferios, empresa que había mandado solo 3 muestras frente a 835 rivales, mientras el Paradoja cosechaba medallas de plata. Cuando caté la última cosecha a la que bautizaron como Travesía, lo hice con respeto.Era un vino goloso de frutas maduras, buen cuerpo, largo final. Abel Furlán, enólogo mendocino, aceptó el reto que le propusieron Billy Wright y Pablo Taramelli. Aquellos tres mosqueteros andan viento en popa, recién tuvimos una cata ciega con las nuevas cosechas de Paradoja, Travesía, Enigma.Abel es hombre curioso, ávido de encontrar derroteros; por esta razón lo sedujo la posibilidad de intensificar sabores mediante marchitamiento de la uva por deshidratación en frío. Después de probar aquel vino nuevo en cata ciega, los presentes coincidieron de inmediato. Al oxigenarse el vino en copa se modificaron los aromas llegando a constituir un vino de autor con recia personalidad.Ahora no solamente hablaremos de Paradoja, Bruma o Travesía, sino de Cautivo, el nuevo llegado, pues la historia recién empieza. La madera de las barricas francesas permite vinos suaves, redondos con toques de vainilla. Probamos también el Chardonnay turbio (sin filtrar) con definición muy clara de lo que serán sus virtudes, notas insistentes de toronja y piña que impregnan enseguida el paladar y surgen al instante de la copa.Pablo Conselmo, enólogo asesor de la Cofradía del Vino, profesional didáctico en su forma de contagiar su pasión a los oyentes, alabó en el complejo vino de autor Travesía 2010: “La madurez obtenida en los taninos, la exquisita acidez de los vinos obtenidos a partir de clones brasileños”. También apreció la excelente estructura, las complejas notas aromáticas que ostenta el Paradoja 2012”.Recordemos que los taninos son aquella sustancia química astringente indispensable en los tintos destinados a una larga guarda, la que nos deja en la boca aquella sensación curtiente que no debe ser agresiva sino domesticada. Casi nadie mantiene en bodega la cosecha del 2006. Sé por experiencia que envejece muy bien. Me hechizó el Cautivo. Me conquistó el nuevo Paradoja.Seductor es siempre un vino obtenido mediante concentración en frío de los sabores. Pablo Conselmo encontró “notas de frutas rojas maduras, ciruela, violeta y caramelo en un tinto con niveles de calidad jamás vistos hasta la fecha en un vino ecuatoriano”. Aprecié de mi lado su espectacular evolución en copa, su complejidad: una cata a ciegas no permite equivocaciones. Catar vino es cosa muy seria. Si beben Travesía, pronto se acostumbrarán.Fuente: larevista.ec

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