Revista Cocina
El pisto manchego, o simplemente pisto, es un plato tradicional de la cocina española consistente en una fritada de verduras diversas, posiblemente aquellas de temporada en la huerta. El sobrenombre de manchego se debe a que proviene de La Mancha, aunque es posible verlo preparado por casi todo el territorio español.
Parece ser que en su origen estaba compuesto por pimiento verde y rojo, tomate y calabacín aunque también es frecuente hacerlo ademas con cebolla, ajo e incluso sustituir el calabacín por berenjena, denominándose entonces ratatuille o pisto con berenjenas.
Todos estos ingrediente se cortan en pequeños dados de medio centímetro que se van pochando en una sartén con aceite de oliva y una vez cocinados se dejan reposar durante medio hora. Se aconseja seguir el siguiente orden para el pochado de las verduras: primero la cebolla, los pimientos y, cuando han ablandado, el calabacín y por ultimo el tomate.
Se puede servir tanto frío como caliente, acompañado de huevos fritos o algún embutido como las longanizas, o incluso de tapa con trocitos de jamón serrano.
Que he utilizado:
Para el pisto:
1 pimiento morrón rojo
2 pimientos italianos verdes
1 cebolla
1 calabacín
4 tomates rojos maduros
aceite de oliva
sal
pimienta
azúcar
Para el acompañamiento:
10-12 longanizas frescas
150 ml. de cerveza
aceite de oliva
Como lo he hecho:
Para hacer el pisto he limpiado y troceado por separado todas las verduras y las he puesto a pochar en una cazuela amplia con tres cucharadas de aceite a fuego medio. En primer lugar la cebolla a la que le he añadido una pizca de sal y he rehogado unos minutos. Luego los pimientos con su pizca de sal y rehogados hasta que se han pochado. A continuación el calabacín con su pizca de sal, rehogado hasta que se ha ablandado y por ultimo el tomate al que le he añadido ademas de su pizca de sal la misma cantidad de azúcar (para la acidez) y un poco de pimienta recién molida. Cuando el tomate ha perdido su agua y se ha cocinado he retirado del fuego y he dejado reposar 30 minutos.
Mientras he preparado las longanizas. He puesto una sartén a fuego medio con una cucharada de aceite y he frito las longanizas, a las que previamente había pinchado la tripa por varios sitios para que no exploten, hasta dorarlas. A continuación he añadido la cerveza y he cocinado hasta su total evaporación moviendo las longanizas de vez en cuando.
He acompañado el pisto con las longanizas a la cerveza.
Y este es el resultado:
Bueninisimo, para chuparse los dedos.