La mayoría de nosotros preferimos “masticar” las calorías que beberlas
Y los estudios demuestran que incluso una bebida con muchas calorías nunca nos dejará tan satisfechos como algo que podamos morder.
Sigue la regla 50-50. Si tu bebida preferida tiene muchas calorías, bébela después de diluirla con otro tanto de agua simple. Proporcionar mucho líquido al organismo es importante especialmente para los diabéticos. Mejora el flujo sanguíneo y ayuda a los riñones a eliminar toxinas del cuerpo.
Pide té helado sin azúcar, en vez de refresco. No sólo ahorrarás las calorías de un refresco normal, sino que también le darás a tu organismo antioxidantes, que ayudan a prevenir diversas enfermedades.
Toma el café negro. Con todos los sabores, rellenos y cubiertas que se le añaden al café hoy en día, el café negro puede parecer muy simple, ¡pero prácticamente no tiene calorías! Un café negro de 355 ml contiene sólo 5 calorías y 1 g de carbohidratos, y un expreso cortado sencillo tiene sólo 10 calorías y 1 g de carbohidratos.
Ordena tus bebidas light. En las cafeterías, esto significa preparar el café con leche baja en grasa. Ordenar un latte de 475 ml preparado con leche light le restará 110 calorías a la bebida.
Ve los cafés especiales como postres. Cuantos más sabores y cubiertas añadas a tu café especial, más aumentará el contenido calórico. En algunos casos llega a ser tan alto, que ordenar un cono de helado sería más saludable. Un cono dulce con media taza de helado de vainilla contiene alrededor de 185 calorías y 8 g de grasa (5 g de grasa saturada). Un frapuchino dulce con canela de 475 ml, un café al que se le añade azúcar, crema batida y canela en polvo, contiene 420 calorías, 16 g de grasa (10 de grasa saturada) y 61 g de carbohidratos. Incluso si pides la versión light, consumirás 41 g de carbohidratos y más de 300 calorías. Ten en cuenta que estas bebidas no son refrescantes (son postres), y deben tomarse de vez en vez, en ocasiones especiales.