Restaurante Ten’s (Barcelona)

Restaurante Ten's

Los gastrobares están de moda, eso no es ninguna novedad. Tapas a compartir, platillos, raciones,… son del agrado del público, que puede probar un buen número de platos sin dejarse el sueldo del mes. Y los grandes chefs no son ajenos a este fenómeno.

El Restaurante Ten’s es el bar de tapas de Jordi Cruz, muy conocido por su participación como jurado en Masterchef, y de él hereda un estilo y algunos platos con ligeras variaciones.

En su carta podemos encontrar una mezcla entre la tradición y la modernidad, combinando tapas más innovadoras con otras muy tradicionales, eso sí, con un toque personal en estas últimas. Una mezcla agradable que permite probar la cocina de Jordi a un precio bastante ajustado.

Situado en el barrio del Born y abierto hace ya casi tres años, ofrece una relación calidad precio bastante destacable, sobre todo si lo comparamos con otros restaurantes del entorno con precios que no corresponden a lo que ofrecen.

Pero vamos a ver algunos de los platillos que pudimos degustar.

Cono de calamares a la andaluza con alioli de citronela: buena fritura, sin resultar aceitosa, y un alioli muy bueno en el que destacaba bien el aroma de la citronela. Muy recomendable.

Huevos casi estrellados con ibéricos: una tapa ya clásica, con el toque personal ya comentado. Bien fritas las patatas y muy buena combinación con la textura de la yema del huevo.

Patatas bravas con alioli espumoso y sofrito picante: otra vez una tapa clásica con un toque moderno. Las patatas vienen con piel y resultan ligeramente crujientes por fuera y tiernas por dentro. El alioli espumoso y el sofrito dan untuosidad y picante sin reblandecer la patata. Y con un precio por el que en otros bares te sirven una ración que no vale nada.

Pulpo cocido con pimentón de la Vera, patata con aceite de arbequina y humo de haya: aunque el pulpo a la gallega es más conocido, a mi me gusta mucho más el pulpo a la brasa. Un toque de humo que aquí llega bajo una campana y que impregna de aromas tanto al pulpo como a las patatas. Potente sabor del pulpo bien contrastado con la patata.

Alitas de pollo Yakiniku con langostinos y ensalada fresca y especiada: alitas de pollo hechas a la parrilla con una salsa de estilo oriental, de sabor concentrado, que enmascara bastante el sabor de los langostinos. El resultado es bueno, aunque habría funcionado igual sin los langostinos. No entendí el acompañamiento de la ensalada, poco necesario.

Lágrima y rabo ibérico a la brasa, puré de boniato a la miel: si el pulpo traía aromas a brasa dentro de una campana, en este caso los aromas vienen directamente en una miniparrilla en la que se acaba de hacer la carne. Carne untuosa, salsa muy sabrosa y el contraste de la panceta crujiente hacen un plato sobresaliente, a pesar de ser el más caro de la carta. Como en el caso anterior, poco necesario el acompañamiento, en este caso un puré de boniato que no estaba nada mal.

Yakisoba con setas, papada curada y asada, secreto ibérico y pimientos del padrón: el plato que menos nos gustó de todos los que probamos. Un poco falto de sabor si lo comparamos con todos los anteriores, además de no resultar adecuado para compartir entre varios.

Tatín de manzanas, mató y helado de miel: sin ser malos, los postres no estaban a la misma altura que las tapas saladas. Solo probé esta versión del tatín de manzana y me quedo con la original.

Crema de arroz con leche y coco con helado de yogur y limón

Torrija de brioche con tofe y helado de vainilla

La cuenta: el precio final fue de 31 euros por persona, con postres y una botella de vino. Para mi un precio más que bueno por la calidad y la cantidad que comimos. Por ello, no es extraño que estuviera lleno, y no solo de público extranjero, aunque por suerte habíamos reservado previamente.