Revista Cocina
Es curioso como la vida te pone personas especiales a tu lado. Personas que no hacen más que enseñarte que la vida está para disfrutarla y sacar lo mejor de ella, sean cuales sean las circuntancias que te toque vivir. Creo que siempre que uno mira hacia atrás y repasa su vida, debe ver que hizo lo que creyó más apropiado y que siempre le guió y le motivó el hacer felices a los demás. Creo firmemente que ésta es la única receta que existe para ser feliz.
¿Y ahora te preguntarás que a qué viene esta reflexión tan personal? Bueno, tengo la suerte de conocer a gente que cree eso también y veo en sus caras, en sus gestos, en su ejemplo que, aunque las cartas con las que juegan en la vida pueden no parecer las mejores, su forma de plantear la jugada, les hace ganadores. Porque tienen claras su prioridades, sus metas y luchan por ellas.
Conozco a Ana y a Carlos desde hace 13 años. Nos conocimos en un momento especial en nuestras vidas y el tener valores y proyectos similares hizo que nos hiciésemos amigos. Años después, nació Carlota, una preciosa niña, que a los pocos meses se le diagnosticó una enfermedad, de las llamadas raras. Ellos luchan cada día para que Carlota tenga calidad de vida, se supere y sea feliz.
Y se han unido a otras familias, que luchan por sus hijos, con el objetivo de construir un centro de día donde reciban las atenciones que precisan a nivel sanitario, fisioterapéutico, de estimulación,... y han creado una asociación llamada SonÁngeles para lograr dicho objetivo.
Sus hijos son niños y jóvenes con diversidad funcional y asisten al Colegio de Educación Especial del Hospital de San Rafael, en Madrid. Pero en este centro, donde ellos están atendidos fenomenal y desarrollan actividades acordes a sus necesidades sólo pueden estar hasta que cumplen 21 años.
Por eso necesitan un centro especializado para cuando alcanzan esa edad. Un centro donde puedan seguir con sus rutinas y estén atendidos, cada cual según sus circunstancias y necesidades.
Inspirados y animados por la Fundación Lukas de Alicante, tienen muy claro lo que quieren y necesitan sus hijos. Reconozco que cuando hablo con Ana y con Marta, también de SonÁngeles, veo en sus caras la ilusión por este proyecto y sus ganas de luchar para que se haga realidad. Te lo contagían. Sólo son unas madres, sólo son unas familias, que quieren lo mejor para sus hijos. Creo que muchos de los lectores de este post conocen este sentimiento.
Desde aquí aporto mi granito de arena, hacer que conozcas la asociación, su historia y te invito a que colabores con ellos.
En su página web puedes hacer donaciones. Y también por un donativo de 3€ puedes ayudar y recibes una pulsera solidaria SonÁngeles (en la web te informan de cómo conseguirlas). Además, puedes colaborar difundiendo estas pulseras solidarias en la redes sociales con el hastag #pulserassolidariassonangeles
Con estas líneas, sé que no reflejo lo grande que es este proyecto. Con mis palabras hago pequeño el mérito, el esfuerzo, la entrega y la pasión de estos niños y jóvenes y sus familias por conseguir que su sueño se haga realidad.
Todos ellos SON ÁNGELES.