Hoy preparamos una terrina o pastel de calabacines, un plato vegetariano de lo más saludable, ideal como entrante en una comida con amigos o como plato principal acompañado de una buena ensalada verde. Un plato sencillo de preparar, que nos va a quitar trabajo en la cocina si tenemos una reunión inesperada y queremos quedar de maravilla. También es una buena opción si tenemos poco tiempo y no por ello queremos renunciar a comer bien. Le añadimos un toque de parmesano y ajo que le va de maravilla, queréis la receta??
INGREDIENTES
6 Calabacines.
2 Dientes de ajo.
4 Huevos.
500 ml de crema fraiche o nata espesa.
50 gr. de queso parmesano.
2 Cucharadas de aceite de oliva.
Sal y pimienta.
Brotes verdes para acompañar.
- Pelamos y machacamos los dos dientes de ajo con ayuda de un mortero. Lavamos y cortamos los calabacines en rodajas finas de grosor similar. En el fuego, colocamos una sartén grande y el aceite de oliva, añadimos los ajos, el calabacín y cocinamos durante 5 min, removiendo de vez en cuando. Retiramos del fuego y reservamos.
- En un cuenco grande, batimos los huevos con la crema fraiche hasta que queden bien mezclados. Añadimos los calabacines, casi todo el parmesano y salpimentamos. Mezclamos bien.
- Precalentamos el horno a 180ºC. Preparamos un molde tipo plum cake untandolo con un poco de mantequilla y forrando con papel de hornear. Vertimos los calabacines y un poco de parmesano por encima. En una bandeja de horno de lados altos, ponemos el molde, rellenamos con agua hirviendo y cocinamos al baño maría en el horno durante 40 min. Retiramos y dejamos enfriar. Servimos en el molde acompañado de ensalada de brotes verdes.
Una terrina que podemos preparar con anterioridad, incluso tomar fría. Si la guardamos bien en la nevera nos aguanta perfecta varios días hasta el momento de tomar, con lo que resulta una receta estupenda si pensamos el menú semanal con anterioridad. Podemos sustituir la crema fraiche por nata de soja, si queremos darle un toque más ligero, pero os aseguro que no queda nada pesado.
Lo podemos acompañar de una salsa de tomate casera, que le aportará un toque delicioso y quedará de maravilla con los calabacines. Estos y el queso parmesano, siempre de la mejor calidad posible, se nota mucho cuando las verduras son frescas, quedan más tiernas, y tanto la textura como el sabor, es inmejorable. También los huevos recomiendo de gallinas felices, la diferencia tanto en se nota muchísimo, y la parte de conciencia también influye.
Esta receta resulta de lo más versátil, tanto para llevar en tupper al trabajo, una cena rápida en casa o una ocasión especial, con lo bonito que es, presentado en una fuente de cerámica, queda perfecto como plato para ocasiones especiales, sin duda, en cualquier situación, va a ser un acierto.
El toque de ajo y de parmesano le va de maravilla y le aporta muchísimo carácter, así que no dudéis en poner un poco más, os garantizo que va a sentarle de maravilla. Espero que os guste y os animéis a prepararlo, en casa nos ha encantado y estoy seguro de que a vosotros también.
Receta adaptada de la revista Rigal.