Terrina de sardinas y tomate para #retotiaalia

Hace poco menos de un mes que, en esta entrada, os contaba que el #retotíaalia se puso un tanto farruco durante los meses de verano y que me pidió que le dejara deambular por la blogosfera para conocer otros blogs, otros bloggers, etc.
A mi me pareció una idea excelente, una manera de dejarlo crecer y enriquecerse con lo mucho que todos y cada uno de vosotros tenéis que ofrecerle. Después de dos años largos funcionando de una manera muy similar, yo también sentí que le había llegado el momento de levantar el vuelo y marchar así que, con un hasta luego, nos despedimos.
Y fue un "hasta luego" no porque el #retotíaalia vaya a volver por estos lugares sino porque yo continuaré siguiéndole la pista y participaré en el sin falta. Igual que muchos de vosotros.
Este primer mes, el renovado #retotíaalia se estrena con una anfitriona de altura. Paula, de Con las zarpas en la masa, nos propone elaborar una de dos recetas: sardinas con tomate o crema helada al limón, ambas muy tentadoras. Sin embargo yo me he decantado por la salada y es que las sardinas me pierden. Son un pescado con un sabor muy peculiar, de esos que a unos entusiasman y otros aborrecen. Yo soy de las primeras pero me encuentro sola en esto de modo que las sardinas en tomate que elaboré me las zampé yo solita. Las cantidades que aparecen a continuación son, por lo tanto, las necesarias para una ración. En caso de querer preparar más cantidad sólo hay que multiplicar por el número de comensales y tan contentos. Fácil :)
Necesitamos (para una terrina)

• 10 sardinas pequeñas, asadas (parrochas)
• 4 cucharadas de salsa de tomate
• 2 hojas de gelatina
• Aceite de oliva

Preparación
Retiramos la piel, las tripas y las espinas de las sardinas, separando los lomos. Reservamos.
Ponemos las hojas de gelatina a remojo en agua fría hasta que se reblandezca, unos 10 minutos. Calentamos la salsa de tomate y le agregamos las hojas de gelatina. Removemos hasta incorporar y dejamos entibiar.
Untamos un molde individual con una pizca de aceite de oliva.
Cubrimos la base y laterales del molde con los lomos de las sardinas, colocando la punta en el centro y la parte gruesa en los lados (haciendo una especie de estrella).
Colocamos una capa de salsa de tomate y la cubrimos con lomos de sardina. Repetimos la operación tantas veces como sea necesario hasta llenar el molde, terminando con una capa de sardinas (en mi caso, con dos capas de cada tuve suficiente).

Cubrimos con film transparente y dejamos reposar en la nevera durante, al menos, una hora para que la salsa de tomate gelatinice y no se desmorone la terrina al desmoldarla.
Transcurrido el tiempo de reposo retiramos la terrina de la nevera, desmoldamos y emplatamos acompañándola de unos dados de tomate y pimiento verde espolvoreados de orégano seco y sal en escamas.
Regamos con una gotas de aceite de oliva virgen extra y servimos.