No es el más valioso porque entrañe una gran dificultad, porque sea costoso ni porque descifre un enigma milenario buscado por miles de generaciones... es el más valioso porque me lo pasó mi abuela hace ya muchos años y para mí es el mejor consejo que me han dado en la cocina.
Allá voy: os voy a dar los trucos de mi abuela Paquita para hacer la tortilla perfecta.
No sé si a vosotros os pasará pero en mi casa la tortilla de patatas es el plato con mayúsculas, el que siempre apetece, el que te garantiza un éxito seguro.
Eso sí, una tortilla no se hace en 10 minutos NOOOOO una tortilla se trabaja, se mima, se cuida y con todo y con eso y siguiendo a pie juntillas sus consejos aún me quedo muy lejos de su sabor, pero.....algún día seré abuela ( o eso espero)
Estos eran sus trucos:
- Partir las patatas en trozos pequeños desiguales, no en cuadrados perfectos y al partirlas con el cuchillo dejar que la parte final de cada trozo, se desgarre, romperla no partirla a la perfeccción con el cuchillo ( ¿me entendéis?).
- A la hora de freir las patatas hacedlo con tiempo. En aceite de oliva. A fuego lento y tapadas siempre con una tapa. Deben de quedar como si fuesen cocidas pero no crudas.
- Al batir el huevo, separar la clara de la yema ( ella lo hacía en el mismo plato) y batir las claras hasta que se vuelvan blanquecinas añadiendo al final las yemas.
- No pasaros con la sal.
- Finalmente, cuajar la tortilla en una sartén alta, con aceite muy caliente al principio pero bajando luego a fuego medio y dar la vuelta un par de veces, para que no se queme por fuera y se cuaje por dentro pero cuidado que no se os seque.
- Y lo último pero lo más importante: poned mucho amor en cada tortilla porque os aseguro que estoy segura que ese era su truco fundamental.