Como amante del grelo y la nabiza, dos verduras para mi exquisitas además de super sanas, que menos que explicar la diferencia entre ambas, ya que mucha gente no las diferencia o las confunde.
Los grelos y las nabizas forman parte de la misma planta, el nabo. Este último es la raíz, las nabizas son las primeras hojas que nos da la planta y los grelos, las hojas previas a que "grele" dicha planta, es decir, a que florezca. Una vez que la flor se desarrolla del todo, las hojas ya no son aptas para consumir ya que endurecen y por mucho que se cuezan, no ablandan ni a tiros.
"Do nabo sae a nabiza / Del nabo sale la nabiza
da nabiza sae o grelo / de la nabiza sale el grelo
Nabo, nabiza e máis grelo / Nabo, nabiza y más grelo
trinidade do galego" / trinidad del gallego.
Desde el 2009 los grelos de Galicia cuentan con un sello de indicación geográfica protegida , siendo un ingrediente básico en los platos más conocidos de la cocina tradicional, como son el caldo gallego y el lacón con grelos, entre otros. De entre las distintas variedades encontramos el Globo blanco de Lugo, el Grelo de Santiago o el Grelo de Monfero, este último consumido mucho en casa gracias a compañeros de mi marido que de vez en cuando me regalan un buen lote de ellos. Y no quiero olvidarme de los que siembra mi madre, faltaría más, los más ricos del mundo mundial. Suaves al paladar, ni muy dulces ni muy amargos, fáciles de cocción y muy sabrosos de cualquier forma que los prepares. En muchos sitios es muy difícil conseguir esta verdura, pero actualmente se pueden encontrar en el mercado además de frescos, congelados o en conserva.
Ingredientes:
- 2 kgs de grelos.
- 500 grs de gambas.
- 8 huevos.
- 3 dientes de ajo.
- Aceite de Oliva Virgen Extra.
- Sal.
Preparación:
- Lavamos y troceamos los grelos y los ponemos a cocer en una olla con agua y una pizca de sal.
- Una vez estén tiernos, los retiramos del fuego y los escurrimos bien.
- Mientras los grelos sueltan el agua sobrante, picamos los ajos y los sofreímos en una sartén con un fondo de aceite.
- En cuanto comiencen a estar dorados, añadimos las gambas troceadas, dejando alguna entera para la decoración final.
- Removemos con ayuda de una cuchara de palo, les damos unas vueltas y echamos los grelos bien picaditos y bien escurridos.
- Batimos los huevos y salamos con una pizca de sal.
- Los vamos vertiendo en la sartén y mezclamos hasta que comiencen a cuajarse.
- Para mi gusto es preferible que no cuajen del todo, así quedará un revuelto más jugoso.
- Servir inmediatamente.