
El pasado sábado 22 de enero, el blog desde el que escribo cumplió un año, como en todos los aniversarios, sean éstos del tipo que sean, la tendencia es hacer balance, a veces sin querer, y en esa reflexión me encuentro.No sé exactamente porqué empecé a escribir en el blog, supongo que el deseo de escribir, por una parte, y que desde siempre me ha perseguido, y en segundo lugar, la necesidad de transmitir a los demás algo de lo que tú puedes pensar que al resto les interesa. Este segundo aspecto es el que me crea serias dudas ¿realmente le interesa a alguien lo que escribo?.Si atendemos a las páginas vistas hasta hoy, cerca de 60.000 (el primer mes y medio no tenía contador), puedo convenir que sí, que son muchos a los que les interesa. Ahora bien, si lo comparo con otras bitácoras que me superan ampliamente, multiplicando por diez y por veinte sus páginas vistas, respecto a las mías. Pienso que el interés que despierta mi blog, es mínimo, casi inexistente.Por otra parte, la siguiente reflexión me anima: he escrito, en este año, 184 entradas, sin contar la que escribo ahora, he recibido 197 comentarios, y me siguen 53 personas, al menos por respeto y agradecimiento a ellos, el balance debe ser satisfactorio.Sea como quiera, y como, por otra parte, desconozco el número de post, visitas, comentarios y seguidores, que hay que tener para ser considerado 'importante'. Pero sí conozco de modo cierto, el inmenso respeto que tengo a las personas que me siguen, que me leen y que me hacen comentarios, y, como es ese y no otro, el aspecto de la reflexión que realmente me importa. El balance sólo puede ser positivo, e imbuido de ese ánimo, pretendo intentar cumplir otro año, mejorando si soy capaz, y con la manifestación de agradecimiento más grande que pueda darse a todos los que me siguen, auténticos protagonistas de la existencia de este blog y, como tal, sujetos del cumpleaños que celebro.
