Al pensar en la palabra barniz, más de uno arruga el rostro y la nariz porque le viene a la mente ese olor sintético y fuerte del barniz de muebles. Tranquilos, no hemos cambiado la temática del blog. No os vamos a dar un curso de bricolaje, sino que nuestra intención es hablar de otro tipo de barniz, del que se usa sobre hojaldre o repostería.
La forma más tradicional de barnizar una receta es
pintándola con un poco de huevo para inmediatamente meterla a un horno y que con el calor tome un aspecto brillante. El huevo puede ser
yema batida, yema con un poquito de leche o clara, a elección del cocinero. Esta técnica se usa mucho con los
hojaldres, consiguiendo que reluzcan y que llamen la atención de nuestros ojos y de nuestros estómagos gracias a su color dorado. De la misma manera se puede usar para dar brillo a
cortezas de tartas para que queden más apetitosas.
También existe
barniz en forma de aerosol como por ejemplo
este de ScrapCooking, que encontraréis en nuestra
Tienda Cocinista. Es un aerosol con un barniz de calidad alimentaria cuya función es dar un
acabado brillante a fondants, mazapanes y chocolates, entre otros. Es sencillo de usar. Sólo hay que agitarlo y extenderlo a cierta distancia para que quede uniforme en la superficie.
Y hablando de barniz, os vamos a dar un truco para que conservéis vuestros utensilios de madera limpios y con un aspecto casi nuevo. Tras lavarlos, untarlos con un poquito de aceite mineral como si los barnizarais. Podéis aplicarlo a tablas de cortar, cuencos, espátulas… Este truco viene especialmente bien si sois de los que metéis madera en el lavavajillas. Les volverá a dar un toque de vida.