En Paco Roncero Taller toman esta idea para convertir la cocina y el acto de comer en una experiencia multisensorial.
Interior del Casino de Madrid/Paco Roncero/Paco Roncero Taller
El taller, de reciente creación, se sitúa dentro del Casino de Madrid, en un espacio de estilo futurista, en contraste con la decoración recargada del edificio. La sala es aséptica y sin más artificios que una mesa, con sus correspondientes sillas. En ella, las diferentes proyecciones de vídeos, los juegos de luces así como el hilo musical, junto con el festival gastronómico servido, alteran y transforman el espacio, creando un viaje sensorial para los comensales sin que éstos se muevan de su asiento.La parte del menú estrictamente culinaria se compone de una cata de aceites, gracias a una oleoteca compuesta por más de 200 aceites diferentes, diversos aperitivos, los platos principales y el postre, sin olvidar los vinos que entre vianda y vianda se sirven. A él, se suman toda una serie de sensaciones externas para trastocar la percepción del manjar que se ingiere.
Los comensales entran desde el primer minuto en un universo de estímulos. La música, las luces y las pantallas laterales, así como la mesa (que sirve como lugar de proyección) inician la comida simulando una tormenta. Pero no sólo es un experiencia audiovisual, ya que al instante comienza a modificarse la temperatura de la estancia, además de comenzar percibir al característico aroma de la tierra mojada.
Experiencia dentro de Paco Roncer Taller
A partir de entonces, los artificios con los que cuenta la sala irán aclimatando la estancia para imprimir diferentes sensaciones con cada plato servido: desde la tranquilidad de la playa; al ambiente mediterráneo de un pinar para comer una paella, en el que se recrea incluso el olor de las brasas donde se ha cocinado; la angustia de la estética de la escena de un crimen en el que se cocina una liebre para ser ‘devorada’ instantes después, mientras se ve su imagen en vivo reflejado en la mesa; o la felicidad colorida de un taller de pintura para degustar el postre.Una puesta en escena que varía cada tres meses, con la participación de diseñadores y artistas como Pep Torres o Devota&Lomba, cocineros así como profesionales del mundo audiovisual.
Todo este despliegue de medios (y sentidos) para una comida exclusiva de ocho personas, junto con la compañía de Paco Roncero, quien guiará la velada. Aunque tal vez lo más exclusivo no sea el número de comensales o el anfitrión, sino el precio, en torno a los 1.800€ por comensal. Una experiencia multisensorial para la que tal vez, sea necesario algo más que los cinco sentidos.